¿Es tan bueno el impuesto sobre la banca? Ocho motivos que obligan a pensárselo

    • Un informe publicado por el centro de estudios de Hacienda entiende que la Tasa Tobin tendría efectos negativos sobre la economía real.
    • Advierte de que impondría una carga fiscal excesiva sobre las entidades españolas.
Imagen de una oficina de Bankia.
Imagen de una oficina de Bankia.
B.P.V.

La UE dio el pasado martes un nuevo paso adelante en su vieja aspiración de implantar un impuesto sobre las transacciones de las entidades financieras a nivel continental al hacer público el compromiso alcanzado por once países europeos para avanzar en la puesta en marcha de la Tasa Tobin.

En la lista, todas las grandes economías europeas, con la excepción del Reino Unido (reticente a gravar su protegido sector financiero), incluída España.

¿Sería útil un impuesto sobre la banca en España? Los informes previos realizados por la Comisión Europea señalan que, en función de la modalidad elegida, podría recaudar entre 490 y 1.905 millones de euros al año.

Sin embargo, el informe ¿Es factible la implantación de un impuesto sobre las transacciones financieras en la zona euro?, publicado por el Instituto de Estudios Fiscales, el think tank del Ministerio de Hacienda, ofrece un buen puñado de razones para replantearse las bondades de la Tasa Tobin:

- Encarece los servicios bancarios. El estudio estima que la banca trasladaría automáticamente a los clientes el coste extra derivado de la implantación de esta nueva figura bancaria en forma de mayores comisiones, encarecimiento de los préstamos e incluso reduciendo su retribución a los depósitos bancarios. Es decir, que el impuesto pensado para penalizar a la banca acabaría penalizando a toda la sociedad.

- Afecta a la economía real. El presumible encarecimiento del crédito bancario que seguiría a la implantación de la medida, para compensar los mayores costes fiscales, representaría un freno al desarrollo de la economía productiva y tendría consecuencias sobre la actividad y el empleo.

- Genera una doble imposición sobre los bancos españoles. El informe recuerda que en España existe el Fondo de Garantía de Depósitos, que sirve para proteger precisamente éstos mediante la exigencia de una aportación determinada al conjunto de las entidades del sistema financiero. Una figura que no existe en otros países.

- Penaliza a las entidades sanas. Si el objeto del impuesto es hacer pagar al sector la factura derivada de sus propios problemas, el estudio entiende que sería más justo que únicamente recayera sobre las entidades que de un modo u otro han recibido la ayuda de los Estados, no sobre aquellas otras que han conseguido sortear las penalidades de la crisis financiera por sus propios medios.

- Dispara la presión fiscal sobre la banca. En 2010, el sector financiero, que supone únicamente el 6,6% del PIB nacional, generó el 14,4% de los ingresos por el Impuesto de Sociedades, según detalla el informe. En su opinión, ese dato demuestra por sí solo que la banca ya contribuye de manera suficiente a los ingresos fiscales del país.

- Empeora la situación del sector. La crisis financiera ha modificado las reglas del juego en el sector. La desaparición de la rama más compleja del negocio ha multiplicado la competencia en el segmento más tradicional de la actividad bancaria, obligando a las entidades a estrechar sus márgenes para poder competir.

Además la exigencia de mayores provisiones de capital por parte de los reguladores internacionales ha reducido también la capacidad para ofrecer crédito. Un nuevo impuesto que no tuviera alcance global constituiría un pesado lastre para el sector financiero nacional o regional que lo tenga que soportar.

- Va a la contra del creciente desinterés internacional. El estudio recuerda que el G-20 descartó respaldar la Tasa Tobin en su reunión de Toronto en junio de 2010 para priorizar el impulso a la economía y la apertura del crédito y que el BCE siempre se ha mostrado partidario de analizar previamente las posibles consecuencias de implantar una figura así antes de ponerla en marcha.

- No cumplirá sus objetivos. La conclusión del informe es demoledora respecto a la potencial utilidad de la Tasa Tobin. Considera muy dudoso que este peaje fiscal sirva finalmente para alcanzar sus objetivos de desalentar las operaciones especulativas de la banca con instrumentos financieros, limitar la volatilidad o favorecer la estabilidad del sistema.

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