¿Hay una mano negra contra Banco Santander?

  • En los últimos meses, el primer banco del país ha visto como se filtraba a la prensa una condena del Supremo contra su consejero delegado cuando la sentencia todavía no se había terminado de redactar, y cómo de las 650 fortunas pilladas en Suiza sólo se ha destapado un nombre, la familia Botín. ¿Coincidencia o mano negra?
Botín elude hablar de la denuncia por delitos contra la Hacienda
Botín elude hablar de la denuncia por delitos contra la Hacienda
R.Ugalde/A.Medina R.

Emilio Botín, presidente de Banco Santander, la tercera entidad financiera del mundo, vuelve a toparse con la Audiencia Nacional. Esta vez, por ocultar a la Hacienda española una serie de cuentas millonarias domiciliadas en Suiza que, más allá del delito fiscal por el que se le acusa, están en el epicentro de la polémica por haber sido hechas públicas.

La decisión de dar a conocer el auto de la Audiencia Nacional choca con el absoluto secreto con que se ha llevado a cabo toda la investigación sobre las 659 grandes fortunas descubiertas con dinero en cuentas suizas de la entidad HSBC.

También llama la atención que de todos los ricos investigados sólo se publicite que la Audiencia Nacional ha abierto diligencias contra la familia Botín, cuando el objetivo de la Agencia Tributaria es abrir una gran causa contra todos los defraudadores de alto standing.

Suma y sigue porque, además, la saga cántabra forma parte de las 300 fortunas que accedieron a regularizar su situación con Hacienda a cambio de guardar el secreto y no iniciar acciones legales. Dos objetivos que han quedado en agua de borrajas.

La teoría de la conspiración contra Banco Santander gana cuerpo cuando se recuerda que, el pasado mes de enero, el diario El Mundo publicó una condena de seis meses del Supremo contra Alfredo Sáenz, consejero delegado del banco, cuando la sentencia todavía no había sido redactada.

Esta filtración no fue el único dato chocante. La deliberación en el seno del Alto Tribunal tampoco estuvo exenta de incidentes, ya que se sustituyó al magistrado que estaba encargado de redactar la sentencia, José Manuel Maza, después de que hubiera rechazado el fallo y tuviera previsto emitir un voto particular, igual que otro de sus compañeros.

¿Cómo pudo conocerse una sentencia antes siquiera de estar redactada? De hecho, el anuncio definitivo del Supremo no llegaría hasta cerca de dos meses después: el 10 de marzo. Entonces sí, entonces Alfredo Sáenz era condenado en firme a tres meses de arresto y de inhabilitación.  

La pregunta que surge es, ¿por qué se adelantó dos meses a la prensa una decisión tan importante y que no estaba tomada completamente (como demuestra la diferencia en el tiempo de condena)? Que Sáenz sea condenado, o no, repercute sobre la marcha del primer banco de España y de Europa, con lo que eso significa de credibilidad internacional.

Pero, sobre todo, afecta a la marcha de la entidad, tanto en España (donde un banquero con condena en firme debe ser inhabilitado) como en el exterior, ya que Sáenz iba a tutelar a Ana Patricia Botín en el desarrollo de Santander UK y, sobre todo, en la salida a bolsa de la filial británica.

Un trabajo que pensaba desempeñar como consejero y que ahora deberá hacer en la distancia, ya que la normativa de Reino Unido prohibe ocupar un primer puesto de administrador con causas judiciales como la suya.

Consciente del daño que haría a la entidad su marcha, y defensor siempre de su inocencia, Sáenz ha recurrido la sentencia del Supremo en el Tribunal Constitucional. Precisamente, en este tribunal también aguarda resolución el caso que más se le ha enconado a Emilio Botín desde hace 20 años: el de las cesiones de crédito.

Este proceso ha atravesado todo tipo de vicisitudes y parecía completamente cerrado a finales de 2007, cuando el Supremo archivaba una causa resucitada por la juez de la Audiencia Nacional, Teresa Palacios, en 2004, pero que comenzó a principios de los noventa con una denuncia de José María Ruiz Mateos.

Desde entonces, ha habido aperturas de juicio oral, sobreseimientos, reaperturas, recursos... hasta el pasado mes octubre de 2010, cuando el Constitucional reabrió una vez más la herida.

Todos estos casos llevan a hacerse varias preguntas.

¿La denuncia contra la familia Botín ha sido la única presentada por Anticorrupción? A la Fiscalía han llegado más casos, eso está confirmado por fuentes cercanas a la investigación, con lo que es lógico pensar que haya más causas en la Audiencia Nacional.

¿Por qué sólo se hace público el auto contra la saga cántabra, firmado por el juez Fernando Andreu? Habrá que ver si hay más denuncias de aquí a final de mes y a quién afectan. En cualquier caso, esta respuesta nunca contestará a por qué la de Botín ha sido la primera denuncia en conocerse.

¿Esconde esta filtración un afán ejemplarizante? Son muchos quienes piensan que el hecho de haber levantado la liebre con el financiero más importante del país es todo un golpe de imagen en la lucha contra el fraude fiscal del Gobierno y un aviso a navegantes para el resto de fortunas pilladas en Suiza.


¿Cómo pudo conocerse la sentencia del Supremo contra Alfredo Sáenz antes de estar redactada? Aquí, el número de personas con acceso a la información es muy reducido, pero el impacto mediático, enorme.

¿Hay una mano negra contra Banco Santander? Aquí está el verdadero quiz de la cuestión.

Aunque se obtuviera la respuesta a todos estos interrogantes, y aunque Botín salga airoso de todos los procesos legales, nadie podrá evitar ya que todo el mundo sepa que la familia Botín tenía dinero oculto en Suiza. Como otras 650 fortunas que, en cambio, todavía siguen siendo anónimas.

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