La banca española empieza a desengancharse de la financiación del BCE

    • La dependencia de los recursos del BCE se reduce por primera vez en año y medio.
    • La banca española tiene todavía 400.000 millones facilitados por la autoridad monetaria.

Imagen de la sede del Banco Central Europeo en la ciudad alemana de Frankfurt.
Imagen de la sede del Banco Central Europeo en la ciudad alemana de Frankfurt.
Bruno Pérez

Como el paciente al que poco a poco van reduciendo la cantidad de analgésico tras un episodio de dolor agudo, el sector financiero español comienza a desengancharse de la financiación del Banco Central Europeo (BCE) después de un año y medio en el que su liquidez ha dependido casi exclusivamente de la autoridad monetaria.

Según el último balance del Banco de España, los recursos obtenidos de líneas de crédito del BCE, que reflejan entre otras cosas el dinero facilitado por la autoridad europea a la banca para garantizar su capacidad financiera, se redujo en septiembre de 434.427 millones de euros a 400.140 millones.

Se trata de la primera caída que se produce en esta cuenta desde que a mediados de 2011 la espiral de desconfianza sobre la deuda española cerrara también a cal y canto el acceso a los mercados para las entidades financieras.

Por aquellos días la dependencia de la banca española de la financiación del BCE era de apenas 45.360 millones de euros.

En los catorce meses siguientes el volumen de dinero prestado por el BCE a las entidades españolas se multiplicó por diez hasta superar holgadamente los 400.000 millones de euros, el 40% del PIB nacional.

Sin embargo, Algo ha empezado a cambiar en los últimos meses.

Ya desde junio el recurso a este cauce de financiación había empezado a mostrar signos de moderación y septiembre ha confirmado esta tendencia registrando una reducción de 34.000 millones en la financiación que la banca obtiene del BCE.

Para Marian Fernández, directora de Estrategia de Inversis Banco, el origen de este nuevo escenario hay que buscarlo en la acción del BCE. "Desde que Draghi dijo en julio que el BCE iba a intervenir y que su intervención sería suficiente para calmar las turbulencias sobre el euro, el sentimiento de los mercados comenzó a cambiar".

El anuncio que el BCE realizó en septiembre de su disposición a comprar sin límite deuda soberana de vigencia inferior a tres años consolidó el cambio.

"Los mercados están más abiertos y las entidades financieras han comenzado a aprovecharlo", subraya Nuria Álvarez, analista de Renta 4.

El hielo lo rompió el Banco Santander el 4 de septiembre al lanzarse al mercado a pedir financiación después de seis meses en una actitud de observar y esperar.

A la entidad de Emilio Botín la siguieron BBVA, Banesto y Banco Sabadell.

"Además, el levantamiento de la prohibición sobre los superdepósitos (depósitos de rentabilidades superiores al 4%) ha abierto otra vía de financiación alternativa para los bancos", añade Marian Fernández.

Los bancos ya pueden financiarse en los mercados y, aunque tienen abierta la ventana de liquidez que les ofrece el BCE, comienzan a desengancharse de la medicina de Frankfurt.

Lo necesitan. Según los analistas, una dependencia del BCE tan brutal como ha tenido la banca española en los últimos meses tiene efectos negativos sobre la valoración de sus acciones en los mercados y también sobre su rating.

Desengancharse de la financiación del BCE tiene la inmensa virtud de que "aporta cierta sensación de normalidad", en palabras de Marian Fernández. Y si algo necesita el sistema financiero español es cierta normalidad.

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