La gran banca tiene margen para seguir ofreciendo superdepósitos a la carta

¿La guerra del pasivo ha muerto? Sí, pero no del todo. La decisión del Banco de España de poner coto a los depósitos, cuentas remuneradas, bonos y pagarés que comercializan los bancos entre pequeños ahorradores ha puesto fin a las genorosas retribuciones de los últimos tiempos.

En grandes líneas, las entidades deberán limitar a un 1% la ganancia que sumen al precio oficial del dinero, que actualmente se sitúa en el 0,75%. Esto reduce al 1,75% los depósitos a un año, al 2,25% los de dos años, y al 2,75% los de tres.

Estas limitaciones se aplicarán al 85% del dinero que capten los bancos, es decir, que sólo podrán ofrecer rentabilidades superiores al 15%. Si abren el abanico a un volumen mayor, las entidades se verán obligadas a sacrificar parte de sus márgenes, ya que el Banco de España les obligará a elevar el ratio de capital en 0,75 puntos si incumplen estas directrices.

Desde el pasado 1 de enero, todo el sector debe tener un nivel de solvencia conforme a los criterios de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) del 9%. Por tanto, aquellos bancos que superan con holgura este listón tienen todavía margen para ofrecer superdepósitos y generosas cuentas remuneradas.

¿Y quienes pueden presumir de contar con ese colchón? La gran banca del país. Según los últimos datos publicados por las propias entidades, los buques insignias del país cuentan con un margen que supera la penalización de 0,75 puntos que, según diversas informaciones periodísticas, impondría el Banco de España a quienes sigan ofreciendo superdepósitos.

Santander y BBVA, con un ratio de capital EBA del 10,8%, son las entidades que cuentan con un mayor margen de actuación. Por detrás de ellas se sitúa Banco Popular, con un 10,5%; Kutxabank, con un 10,4%; Caixabank, con un 9,9%; y Sabadell, con un 9,8%.

Estos elevados niveles de solvencia les confieren el colchón suficiente para, además de aprovechar ese 15% de captación de dinero que el supervisor sigue dejando para realizar ofertas más agresivas, poder seguir lanzando estrategias comerciales concretas para los clientes que más les interesen.

Flexibilidad que beneficia al grande

En el sector reconocen que los límites impuestos por el Banco de España, al no estar escritos en ninguna circular ni normativa, son flexibles y, por tanto, cuentan con espacio para realizar ofertas concretas a los clientes con mayor poder adquisitivo o con mayor vinculación.

La única excepción son las entidades nacionalizadas y que reciban ayudas públicas, las cuales sí que tienen limitada por Bruselas la guerra del pasivo, entre otros motivos, porque Europa les obliga a tener equilibrados los créditos y los depósitos, es decir, que por cada euro que consigan de sus clientes, deberán conceder otro vía préstamo.

Las entidades más pequeñas, aunque carecen de estas ataduras, tampoco cuentan con el colchón de las grandes. De hecho, hasta ahora sólo estaban obligadas a alcanzar el nivel de solvencia del 9% Santander, BBVA, Caixabank, Popular y BFA-Bankia.

Fue a raíz de una nueva normativa, publicada el pasado agosto, cuando el Gobierno decidió imponer este nivel a todo el sector con efectos desde enero de este año, lo que hace que la mayoría de la banca pequeña y mediana alcance este ratio de manera muy ajustada.

En principio, aunque la gran banca cuente con más margen para realizar ofertas más generosas, los expertos descartan que se lancen de nuevo a una agresiva política de superdepósitos, como demuestra el hecho de que prácticamente todas las entidades hayan retirado sus mejores ofertas.

El principal motivo, como señala Nuria Álvarez, experta del sector financiero en Renta 4, es que las entidades cuentan actualmente con otras vías de financiación que les permiten conseguir el dinero que necesitan sin poner en juego sus márgenes.

Ahí están las recientes colocaciones de bonos que han llevado a cabo varias grandes empresas españoles, una ventana de liquidez que estrenó BBVA con la colocación de 1.500 millones en deuda a cinco años, y que siguieron Popular, Caixabank, Bankinter y Sabadell.

"Cuando se abren ventanas para financiarse en el mercado, la rentabilidad de los depósitos suele bajar", explica Álvarez. Lo que no excluye que, para atraer determinados clientes o quitárselos a la competencia, las entidades con una gran solvencia puedan seguir ofreciendo superdepósitos.