Lasheras destaca el papel "decisivo" de Botín en Museo Altamira

Santander, 10 sep.- El director del Museo de Altamira, José Antonio Lasheras, ha destacado el papel "decisivo" que tuvo el empresario Emilio Botín en el impulso de las actuales instalaciones del museo y de la réplica, y su implicación e interés permanente por conocer la evolución de las investigaciones y el estado de la cueva.

"Altamira le ilusionaba y lo demostraba", ha afirmado Lasheras en declaraciones a Efe, tras conocer la muerte del presidente del Banco Santander y de la Fundación Botín, que era también vicepresidente del Patronato de Altamira.

El director del museo ha explicado que el fallecimiento se ha recibido con "sorpresa" en Altamira, donde su figura se recuerda por su implicación en el impulso de las instalaciones actuales.

Según dice, él fue, en 1996, quien tomó la "iniciativa" de hablar con el Gobierno de España, el de Cantabria y el Ayuntamiento de Santillana del Mar para dar el empuje "decisivo" a un proyecto que sabía que ya estaba en marcha.

Su papel fue también determinante para el inmediato inicio del proyecto tras la constitución del Consorcio, al aportar desde el primer momento el 20 por ciento de la financiación que asumió la Fundación Botín en las obras, para no tener que esperar a las aportaciones públicas, que se iban a demorar hasta la aprobación de los presupuestos del siguiente año.

El día de la inauguración del nuevo museo y la neocueva, en el verano de 2001, Botín estaba "exultante", tal como han rememorado Lasheras y otros trabajadores del museo viendo esta mañana las fotos de aquel día.

Y después, el director de Altamira ha recordado que el banquero participó "activamente" en las reuniones del Consorcio de Altamira y de su patronato y que no ha habido un solo verano, u otro momento del año, en el que no haya dejado de informarse sobre los proyectos del museo, sus investigaciones y el estado de conservación de la cueva.

Esa implicación del presidente del Santander con Altamira es fruto del vínculo familiar que tenía con la cueva, descubierta por su bisabuelo, Marcelino Sanz de Sautuola.