Bruno Cardeñosa carga contra las agencias de calificación en su último libro

  • El periodista Bruno Cardeñosa ha cargado contra la actuación de las agencias de calificación en su último libro, titulado "Triple A, ¿Quién mueve los hilos?", en alusión a la máxima nota sobre solvencia crediticia que otorgan estas empresas.

Barcelona, 2 dic.- El periodista Bruno Cardeñosa ha cargado contra la actuación de las agencias de calificación en su último libro, titulado "Triple A, ¿Quién mueve los hilos?", en alusión a la máxima nota sobre solvencia crediticia que otorgan estas empresas.

El libro surgió como una continuación de otro del mismo autor sobre Wikileaks, aunque se acabó transformando en una obra sobre la crisis que pretende mostrar "el lado oculto del poder económico", según ha explicado el autor a Efe.

Cardeñosa rehuye la etiqueta de "teoría conspiratoria" y argumenta que cualquier lector tiene suficiente con mirar sus cuentas para "ver que la versión oficial no es cierta".

El periodista ha basado el volumen, editado por Líbros Cúpula, en documentos desvelados por Wikileaks y en entrevistas que ha mantenido con antiguos trabajadores de estas agencias.

Para el autor, que también dirige el programa "La rosa de los vientos", en Onda Cero, las agencias de calificación realizaban su función "como un profesor que aprueba a los alumnos con ver su nombre", intentando beneficiar a sus inversores.

"Lehman Brothers fue calificado con la máxima nota antes de ser el primer gran banco en quebrar", ha recordado Cardeñosa, quien ha tildado de equivocadas "el 93 % de las triple A".

Para el periodista, las agencias de calificación son una "estafa" que ha cambiado el modelo de negocio y ahora "infravaloran" la deuda de países como España o Francia, lo que provoca un aumento del interés que deben pagar estos países para financiarse.

El autor ha valorado que la crisis es "un negocio" en el que ganan los mismos que la provocaron y ha criticado que no haya modificaciones legales que impidan seguir actuando igual.

Cardeñosa ha echado en falta iniciativas políticas para crear agencias de calificación públicas e independientes, basadas en leyes "serias y rigurosas" que se deban cumplir.

El autor también ha considerado que los políticos son "esclavos del poder económico" y ha criticado la "demonización" del déficit, que considera que no es malo mientras se pueda seguir financiando.

También ha tildado de "trampa sociológica" el discurso según el cual hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, argumento que "ha cuajado" entre los ciudadanos, que ahora "cubren pérdidas" que no han provocado ellos.

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