Trichet espera el inicio de recuperación en 2010 y descarta el riesgo de deflación

  • Bruselas, 30 mar (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, vaticinó hoy que la economía seguirá muy débil en 2009 para empezar a repuntar gradualmente en 2010 y, sobre los precios, descartó totalmente el riesgo de deflación en la eurozona.

Bruselas, 30 mar (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, vaticinó hoy que la economía seguirá muy débil en 2009 para empezar a repuntar gradualmente en 2010 y, sobre los precios, descartó totalmente el riesgo de deflación en la eurozona.

"2009 va a ser muy, muy difícil", con tasas de crecimiento negativas a lo largo de todo el ejercicio, advirtió Trichet en el Parlamento Europeo.

Explicó que, según muestran los últimos indicadores, la actividad económica en el área de la moneda única siguió deteriorándose en los primeros meses de 2009, después de la fuerte contracción registrada en el último trimestre de 2008 (del 1,5%).

Mirando más adelante, el BCE cree que "la demanda seguirá muy débil a lo largo de 2009, tanto a nivel global como en la zona del euro, para dar paso a una recuperación gradual en 2010".

El economista francés destacó que incluso esta previsión está rodeada de incertidumbre, pero argumentó que, "si hacemos lo que hay que hacer, sin cometer errores, habrá una recuperación progresiva en 2010".

A este respecto, consideró imprescindible seguir apoyando al sector financiero, para que vuelva a funcionar con normalidad, e instó a aplicar con prontitud las medidas de reactivación ya adoptadas.

"Lo que debemos hacer es poner en práctica lo que ya se ha decidido", señaló Trichet, que rechazó que por el momento sean necesarias nuevas iniciativas en Europa o Estados Unidos.

Además, a su juicio, hace falta una reforma profunda de las reglas de supervisión, con un aumento significativo de la transparencia, y dotar de más competencias al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Todo ello debe efectuarse, resaltó Trichet, a partir de la estrecha cooperación entre las autoridades de las principales áreas económicas del mundo, y en especial, de Europa y EEUU.

Restó importancia a las diferencias de opinión entre los mandatarios de ambas orillas del Atlántico sobre cómo responder a la crisis y opinó que se ha producido "un acercamiento formidable".

En cualquier caso, indicó que la evolución de la economía dependerá del efecto de las ayudas al sector bancario y de los planes de estímulo fiscal, que puede ser más fuerte de lo anticipado, pero también advirtió de que la repercusión de los problemas del sector financiero en la economía real puede ser todavía más grave.

En cuanto a la inflación, Trichet auguró que se mantendrá muy por debajo del 2% en 2009 y 2010 en la eurozona, pero dejó claro que "no hay riesgo de deflación".

El presidente del BCE explicó que lo que está teniendo lugar es una tendencia "desinflacionista", debida sobre todo a la caída del precio del petróleo, y descartó que vaya a convertirse en deflación, aunque agregó que "hay que estar alerta de forma permanente".

Dejó claro, en este contexto, que el BCE sigue comprometido con el objetivo de mantener la estabilidad de precios a medio plazo y hará lo necesario para conseguirlo y para contribuir, de esa manera, a la recuperación de la confianza.

Trichet también aprovechó su intervención ante los eurodiputados para responder a las demandas de algunos gobiernos del este y centro de Europa que reclaman una relajación de los criterios de adhesión al euro para permitir a estos países, algunos de ellos muy golpeados por la crisis, beneficiarse de la protección que da la moneda única.

El presidente de la autoridad monetaria dejó claro que para incorporarse al euro es imprescindible cumplir los criterios de convergencia, tal y como establecen los tratados, y subrayó que entrar sin estar preparados sería contraproducente para los propios candidatos.

"No somos un club cerrado", subrayó Trichet, que recordó que la Unión Económica y Monetaria ya se ha ampliado en varias ocasiones y el objetivo es que a largo plazo todos los Estados miembros -excepto Dinamarca y Reino Unido, que no desean unirse- formen parte de ella.

Insistió en que la introducción del euro no puede ser un sucedáneo de las políticas de ajuste, pues eso "iría en contra de la lógica de la convergencia", y consideró muy importante respetar los trámites y plazos establecidos.

Mostrar comentarios