Capital asiático a la conquista del fútbol europeo

  • El Espanyol de Barcelona y el Sochaux francés en manos de empresas chinas, el Valencia comprado por un magnate de Singapur, un millonario indonesio propietario del Inter de Milán: el apetito de los inversores asiáticos por el fútbol europeo sigue creciendo.

"Hay un gran potencial de crecimiento en la industria del fútbol y el gran mercado se encuentra en Europa, no en Asia", analiza Raffaele Poli, director del Observatorio del Fútbol en el Centro Internacional de Estudios del Deporte en Neuchatel, Suiza.

Dejando de lado el Inter, los clubs a los que lanzan sus redes las firmas asiáticas disponen todos de una rica historia y gozan de apoyo popular, pero no son clubes punteros en sus campeonatos, ya que los gigantes europeos son, por el momento, inaccesibles.

El anuncio este martes de que la firma china Rastar, especializada en la fabricación de juguetes, videojuegos y maquetas, ha alcanzado un acuerdo para comprar una parte del capital del RCD Espanyol de Barcelona es el último ejemplo de este fenómeno en crecimiento.

Rastar adquirirá entre el 45,1% y el 56% de las acciones del club catalán e inyectará 45 millones de euros, con lo que la operación ascenderá a unos 64 millones de euros, con los que controlerá el 80% del equipo barcelonés, precisó Yang Nong, secretario ejecutivo del consejo de administración del grupo asiático.

La llegada de Rastar es una bocanada de oxígeno para el Espanyol, un club que siempre ha estado a la sombra del gigante FC Barcelona y que atraviesa por graves dificultades financieras, con una abultada deuda con el Tesoro Público y algunos de sus proveedores.

Cuádruple ganador de la Copa del Rey (1929, 1940, 2000 y 2006) y dos veces finalista de la Copa de la UEFA (1988 y 2007), el Espanyol fue fundado en 1900, un año después que su vecino FC Barcelona (1899), y acabó en 10ª posición la pasada liga, la misma que ocupan en este campeonato.

Para el economista francés Bastien Drut, no es casual que la mayor parte de las inversiones asiáticas se lleven a cabo en España o Italia, donde "a situación financiera de los clubes es mala, con un fuerte endeudamiento".

"Es mucho más difícil tener acceso a los clubes ingleses, que tienen ingresos muy importantes gracias al aumento de los derechos televisivos, mientras que los clubes españoles e italianos tienen muchos menos beneficios", explica este experto.

"En la Premier League inglesa, sólo el Leicester está en manos de capital asiático" (Tailandia).

"El interés procendente del Extremo Oriente está aumentando, pero teniendo en cuenta el carácter restrictivo del 'fair-play financiero, no creo que estas inversiones en Inglaterra alcancen una escala masiva", señala por su parte Rob Wilson, experto en cuestiones financieras relacionadas con el fútbol en la Universidad de Sheffield.

Las cosas son diferentes en España e Italia. La compra del Espanyol por parte de Rastar llega pocos meses después de que el conglomerado chino Wanda se hiciese con el 20% del Atlético de Madrid por 45 millones de euros.

En 2014, el magnate de Singapur Peter Lim logró el control del Valencia, otro club fuertemente endeudado, por un monto estimado de unos 300 millones de euros.

En Italia, el empresario idonesio Erick Thohir preside el Inter desde 2013, mientras que el tailandés Bee Taechaubol confirmó en septiembre su intención de comprar una parte del AC Milan, preopiedad del exjefe del gobierno italiano Silvio Berlusconi.

En Francia, el FC Sochaux (actualmente en segunda división), club asociado desde su creación en 1928 al constructor de automóviles Peugeot/PSA, pasó a manos chinas tras su adquisición por el grupo Ledus.

"Se pueden tener algunas dudas sobre la racionalidad de ciertas inversiones. Puede haber cuestiones de imagen para estas figuras locales muy ricas, una especie de locuras de nuevo rico para invertir en un sector muy popular en Asia", añade Poli.

Bastien Drut insiste por su parte que la voluntad de algunos de estos inversores es controlar toda la economía relacionada con el fútbol y "toda la estructura de los ingresos", desde la de los propios clubes a la de los derechos televisivos y de márketing.

Es lo que ha ocurrido con Catar, propietario del París SG y de la cadena de televisión BeIn Sports, que ostenta parte de los derechos de televisión en Francia y España, o de Wanda, que además de invertir en el Atlético ha comprado la agencia de márketing deportivo Infront, que también despertó el interés del fondo soberano catarí.

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