¿Cómo cree que evolucionarán los mercados bursátiles en los próximos seis meses? Ésa es la pregunta que cada tres meses JP Morgan formula a unos 1.500 consumidores de productos de ahorro e inversión. ¿Su objetivo? Tomar el pulso a la percepción que los inversores españoles tienen de lo que harán los mercados financieros en el siguiente medio año.
Los resultados obtenidos configuran el Índice de Confianza de los Inversores Españoles, que la pasada primavera mejoró por segundo trimestre consecutivo, aunque no lo suficiente como para que el optimismo ganara la batalla a la visión negativa que los inversores tienen de la situación española desde finales de 2008.
El índice está ahora en el -2,4 lo que significa que las respuestas negativas superan a las positivas, aunque en un volumen lo suficientemente tenue como para no condicionar una tendencia concreta.
La parte buena es que ese resultado es ligeramente mejor al detectado en el primer trimestre del año (-2,54) y decididamente más positivo que el registrado a finales de 2012 (-4,25). Es decir, que la percepción negativa que los inversores tenían sobre la evolución futura del Ibex se va matizando poco a poco con el paso del tiempo.
Según JP Morgan, detrás de este menor pesimismo están los indicios de mejora que muestran algunos indicadores macroeconómicos y la evolución positiva de los mercados, particularmente de los de deuda, en la primera parte del año.
Estos buenos signos han logrado que el porcentaje de inversores que aseguran que la bolsa empeorará en los próximos meses haya caído desde el 49% en que estaba a finales de 2012 al 38% actual.
También que se matice el pesimismo no sólo sobre el comportamiento de sus inversiones sino sobre la evolución futura del contexto macroeconómico, aunque el 86% de los inversores continúan pensando que la recuperación en España no llegará hasta el año 2015.
¿Por qué es importante para JP Morgan disponer de estos datos? Pues porque le permite diseñar su estrategia a corto y medio plazo.
Esa mayor confianza en el comportamiento de los mercados implica que los inversores estarán más dispuestos que antes a colocar su dinero en productos financieros o de ahorro y sus dudas sobre la cercanía de la recuperación condicionará sus decisiones de inversión.
De hecho, casi tres de cada cuatro inversores continúa señalando productos refugio como los depósitos y las cuentas de ahorro como sus favoritos para los próximos meses. La prioridad continúa siendo no perder dinero frente a otras opciones de más riesgo que pudieran ofrecer una rentabilidad más alta.
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