"Desde mi punto de vista, el futuro más cercano para nuestras exportaciones no presenta grandes variaciones", ha explicado el presidente de la bodega, José Moro, que se encuentra esta semana en La Habana.
La bodega epañola, que está presente en más de 70 países y apuesta por la internacionalización para crecer, tiene actualmente una presencia baja en Cuba, que representa tan sólo el 1% de su facturación. "Sin embargo, la filosofía de Bodegas Emilio Moro nos obliga a tener presencia y seguir trabajando en ello", ha indicado en declaraciones a Europa Press.
José Moro ha destacado que las principales dificultades que se encuentra el vino español en el mercado cubano llegan de la "complejidad del sistema", situación que "no tiene visos de cambiar a corto plazo".
"Para importar vino, tenemos que venderlo a un distribuidor. El distribuidor tiene que pagar unos aranceles sobre los productos europeos. Por tanto, su precio ya se ha encarecido. Después, el Estado tiene que tener dinero para comprar el producto a tiempo y que no haya rotura de 'stock' y luego se reparte a las tiendas. Es decir, un vino que sale de España a cinco euros, llega al mercado y a los restaurantes a un precio de 40 euros", ha explicado.
José Moro ha viajado a Cuba desde México, donde ha visitado el proyecto de la Fundación Emilio Moro de este año, una iniciativa realizada en conjunto con la Fundación Cántaro Azul que promueve el consumo equitativo de agua potable. Además, la iniciativa ayuda a prevenir la obesidad y la diabetes provocadas por el consumo excesivo de bebidas azucaradas que se produce en este país.
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