Brasil recorta previsiones del PIB para 2016 y 2017

El gobierno brasileño revisó este lunes a la baja sus proyecciones de crecimiento del PIB para el próximo año, del 1,6% estimado en agosto a 1% debido a las dificultades para superar su peor recesión en un siglo.

El ministerio de Hacienda rebajó igualmente sus cálculos para 2016, de la contracción del 3% estimada hace cuatro meses a una caída de 3,5%.

La mayor economía de América Latina está en recesión desde el año pasado cuando su PIB se contrajo 3,8% y dio inicio a un ciclo negativo que arrastró a casi todos sus indicadores, entre los que se disparó el desempleo y los precios siguieron por encima de la meta prevista.

La proyección de la inflación, sin embargo, disminuyó en este último informe presentado en Brasilia, ya que el equipo económico dirigido por el ministro Henrique Meirelles la cifra ahora en 6,8% para el final de este año (desde el 7,2% previsto en agosto), y en 4,7% para 2017 (frente al 4,8% anterior).

Esta es, sin embargo, la tercera revisión de la estimativa de crecimiento del PIB para 2017 que anuncia el gobierno brasileño desde que el presidente conservador Michel Temer llegara al poder en mayo, tras la suspensión -y más tarde destitución- de Dilma Rousseff.

El último reajuste de las previsiones había sido en agosto, cuando el ministerio de Hacienda se mostró más optimista al elevar a 1,6% el crecimiento proyectado un mes antes (1,2%).

En aquel momento, el anterior secretario de política económica, Carlos Hamilton, había afirmado que en Brasil ya se veían signos de mejora en diferentes indicadores financieros como en el alza de la Bolsa o la reducción de las previsiones de inflación.

Pese a ello, desde entonces se ha hecho más clara la situación de endeudamiento de las empresas, mientras la desconfianza de la industria ha seguido aumentando, según las cifras que presentó este lunes su sustituto al frente de la Política Económica, Fábio Kanczuk.

Además, el 'spread' de los bancos -la diferencia entre lo que las entidades pagan para captar dinero y lo que cobran para prestarlo- sigue subiendo, encareciendo el crédito.

"[El efecto] era totalmente esperado, pero su dimensión solo está viéndose clara ahora. [El riesgo] está empujando los spreads hacia arriba", afirmó Kanczuk en declaraciones recogidas por la estatal Agencia Brasil.

"Seguimos hablando de recuperación económica, pero hay un poco de atraso para que se realice esa digestión del aumento de la deuda en el beneficio [de las empresas]", aseguró.

Pese a los últimos ajustes, el secretario se mostró confiado en que el gobierno cumplirá con el objetivo de la meta fiscal, porque aunque la caída del PIB comporte menores ingresos para la administración, hay otros indicadores positivos que podrían compensar.

Mientras el país se debate para dejar atrás su crisis económica, el gobierno de Temer impulsa un paquete de reformas que comenzó por una enmienda constitucional para congelar el gasto público por hasta 20 años. La iniciativa ya fue aprobada en la Cámara de Diputados y ahora está en el Senado.

En la lista siguen una reforma del sistema de jubilaciones y otra del mercado de trabajo, dos propuestas más espinosas con las que la nueva administración se propuso reencauzar las cuentas públicas al suceder a la izquierdista Dilma Rousseff tras su destitución en agosto, por manipular las cuentas públicas.

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