China mantiene el despliegue de sus inversiones en las economías europeas

  • La UE anunciará en el mes de septiembre medidas para frenar las adquisiones de empresas por parte de inversores que no pertenecen a la UE.

    La inversión extranjera directa china alcanzó los 200.000 millones en 2016, de los cuales 35.000 millones de euros se invirtieron en la Unión Europea, un 77% más que en 2015.

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Fábrica de automóviles de Peugeot en China
Fábrica de automóviles de Peugeot en China
EFE

La silenciosa conquista china de las compañías europeas progresa adecuadamente, tanto que la Comisión Europea está preocupada. Así, según pública el diario británico Financial Times, Jean Claude Juncker, anunciará en un discurso en septiembre varias medidas "concretas" sobre las inversiones extranjeras en sectores estratégicos europeos como energía, manufacturas e infraestructuras.

En el ojo del huracán está China. Si hace unos años el gigante asiático extendía sus tentáculos sobre las materias primas de países como África y América Latina, ahora mira hacia los sectores tecnológicos europeos que disponen del know how que China necesita. El asunto no es baladí. La inversión directa de China en el mundo se disparó un 40% el año pasado, acercándose a los 200.000 millones de dólares, según el estudio que publican el Instituto de Estudios de China (Merics), con sede en Berlín y el grupo Rhodium, consultora especializada en China e India. En concreto, en la UE aumentó un 77%, superando los 35.000 millones de euros, siendo Alemania el 31% de la inversión. Por el contrario, la inversión directa en China por parte de europeos cayó por cuarto año consecutivo y apenas sumó 8.000 millones de euros.

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Las operaciones chinas son cada vez mayores, tanto en número como en volumen. En el último año destaca la adquisición de empresas punteras. Un ejemplo de ello es la compra por parte de la china Tencent del 84% de la finlandesa Supercell, creadora de hitos de la industria del juego para móviles, como Clash of Clans, Boom Beach y Clash Royale, por 7.600 millones.

Otra de las compras importantes del año pasado fue la realizada por Midea, el mayor fabricante de electrodomésticos del país, de la multinacional de robótica alemana Kuka. La toma de control por parte china de una de las empresas más innovadoras de Alemania provocó cierta polémica en la primera economía de la eurozona, puesto que iba contra los deseos del Gobierno germano. Pese a los esfuerzos del ejecutivo alemán para evitar la venta, el grupo chino se hizo con el 76% de la compañía por 2.876 millones de euros.

Precisamente, Alemania es el  principal país de origen de las adquisiciones chinas -entre 2000-2016 sumó 18.817 millones de euros- solo por detrás de Reino Unido (23.633 millones de euros). Así Beijing Enterprises adquirió parte de EEW Energy (1.400 millones de euros); el fondo soberano Corporación de Inversión China se hizo con un participación en el grupo inmobiliario germano BGP por valor de 1.000 millones de euros, y China National Chemical Corporation (ChemChina) compró, junto con Guoxin International Investment Corporation and AGIC Capital, al Grupo KraussMaffei por 925 millones de euros. Según el informe de Merics, 2016 marcó un hito: por primera vez la inversión de China en Alemania fue mayor que la germana en el gigante asiático.

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La tensión crece entre algunos países europeos. En el mes de febrero Alemania, Francia e Italia mostraron su preocupación a través de una misiva en la que pedían a la Unión Europea que se dote de instrumentos legales que sean ágiles para bloquear inversiones extranjeras en empresas de los países miembros de la UE, que se realizan para adquirir tecnología avanzada o competir deslealmente, ya que algunas de esas inversiones proceden de países que no mantienen la libertad de mercado que rige en la UE. 

Hasta ahora, los propios países de la Unión pueden bloquear y prohibir inversiones, pero solamente si amenazan la seguridad o el orden público. Lo que ahora se reclama es protección frente al extranjero por motivos económicos y competitivos. No en vano, China ha conseguido posicionarse ya en casi todos los sectores con productos de alta tecnología, procedente ésta en gran medida de la compra de empresas extranjeras o de la copia de patentes.

Ahora bien, en el seno de la Unión Europea no todos los miembros están a favor de poner en marcha estas medidas. Frente a la posición combativa de Francia, Alemania o Italia está la de naciones como Portugal, España o los países del nórdicos que se niegan a poner trabas a estas adquisiciones. Según FT, la Comisión Europea propondrá un examen "más riguroso" de las adquisiciones de empresas europeas por parte de actores extranjeros.

Además, el Ejecutivo comunitario también estaría considerando una propuesta "más controvertida" para introducir una supervisión a nivel comunitaria de estas inversiones que podría aplicarse a la adquisición de sociedades que han recibido fondos europeos.

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