La banca se llevó la mitad de los 300.000 millones del rescate ¡y se le exigió poco!

  • La Junta de Gobernadores debió exigir una estrategia sobre el sector financiero desde el principio de los programas y ligar una revisión continua de la recapitalización y su reestructuración a cambio de ayuda. 

    El sector financiero de los países rescatados continúa frágil, con baja rentabilidad y lastrado por el problema endémico de los préstamos morosos o fallidos.

La banca se llevó la mitad de los 300.000 millones del rescate ¡y se la exigió poco!
La banca se llevó la mitad de los 300.000 millones del rescate ¡y se la exigió poco!
L.I.

Gertrude Tumpel-Gugerell, ex consejera del Banco Central Europeo, ha hecho un balance positivo sobre la intervención del MEDE en el rescate europeo... pero también lanza dardos sobre el control a la banca, la gran beneficiada del rescate. Se llevó cerca de la mitad de los 300.000 millones y no fue tan exigida como los Gobiernos. 

Los programas de asistencia financiera a países de la eurozona deberían incluir desde el principio una estrategia para el sector financiero y sus desembolsos deberían vincularse a los progresos conseguidos, según el primer informe de evaluación del Mecanismo Europeo de Estabilidad publicado hoy.

Según el informe, salvo en el caso de España, centrada específicamente en la banca, las otras cuatro intervenciones del MEDE (Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre) dedicaron gran atención a las condiciones macroeconómicas de cada país y minusvaloraron la situación real de la banca.

Los objetivos a largo plazo no siempre fueron comúnmente comprendidos y comunicados, lo que condujo a expectativas poco realistas y, posteriormente, al debilitamiento de la propiedad, dice el informe. Los retrasos en las solicitudes de asistencia aumentaron el costo del rescate y las reformas se fueron desvaneciendo en muchos casos a raíz de que los países recuperaron su acceso al mercado. 

El informe, que también analiza el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), incide además en que estos pagos deben hacerse "por etapas". El texto, que evalúa la idoneidad de ambos mecanismos para salvaguardar la estabilidad financiera de la zona euro, cubre los cinco países que recibieron ese tipo de ayuda: Irlanda, Portugal, España, Chipre y Grecia (en particular el segundo programa griego).

Esos programas implicaron cerca de 300.000 millones de euros, lo que los sitúa entre "más grandes de la historia moderna", señala el informe. 

Según el estudio, la Junta de Gobernadores debería asegurar la puesta en marcha de una estrategia sobre el sector financiero desde el principio de los programas y exigir una revisión continua de la recapitalización bancaria y las necesidades de reestructuración. También debería vincular los desembolsos con los progresos en esa estrategia.

Considera que el diseño de los programas debería tener "objetivos y prioridades claros", centrándose en el retorno a la financiación y facilitar un calendario "adecuado para las reformas estructurales".

Aconseja asimismo que el MEDE se centre en la credibilidad de los programas y que su Junta de Gobernadores -formada por los ministros de Economía y Finanzas de los diecinueve países de la eurozona- establezca un marco político para las negociaciones, diseño y revisiones, además de criterios para pasar revista al cumplimiento. El informe recomienda también al MEDE impulsar la transparencia y evaluación de los programas.

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, valoró en rueda de prensa la evaluación, que calificó de "buena y completa" y opinó que "ayudará al MEDE a perfeccionar su trabajo" El estudio evalúa la efectividad de la asistencia del MEDE y el FEEF para servir de cortafuegos, así como en relación con la financiación de los programas y la salida de los mismos.

Entre otras conclusiones, señala que el MEDE y el FEEF cumplieron su mandato de proteger la estabilidad financiera en la zona euro y sus miembros y que ayudaron a los países a mejorar su resistencia y a recuperar el acceso al mercado. Sin embargo, critica que las precauciones tomadas contra los riegos que implicaban los programas "no siempre fueron comunicados de manera explícita".

También considera que las peticiones de los programas se podían haber llevado a cabo con antelación y que se podía haber considerado antes las estrategias de salida. Algunos de los países salieron de los programas sin una revisión final, lo que se podría considerar "un defecto de gobernanza", señala el informe.

La responsable del texto es Tumpel-Gugerell, evaluadora independiente designada por la Junta de Gobernadores del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Esa Junta ordenó al MEDE seguir el informe de evaluación, que "plantea importantes cuestiones que requieren más discusiones", según un comunicado de la Junta de Gobernadores.

Los objetivos a largo plazo no siempre fueron comúnmente comprendidos y comunicados, lo que condujo a expectativas poco realistas y, posteriormente, al debilitamiento de la propiedad.

Los retrasos en las solicitudes de asistencia aumentaron el costo del rescate. Las reformas se fueron desvaneciendo en muchos casos a raíz de que los países recuperaban su acceso al mercado. El informe de Gugerell advierte que, a pesar de los recursos destinados a la banca, el sector financiero de los países rescatados continúa frágil, con baja rentabilidad y lastrado por el problema endémico de los préstamos morosos o fallidos.

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