Irlanda, el paraíso fiscal que Google y otros colosos tecnológicos abandonarían

  • El país europeo recurrirá el fallo que obliga a Apple a devolverle 13.000 millones de euros en impuestos no pagados. Pero, de confirmarse la sentencia, podría haber un éxodo masivo de gigantes como Microsoft, Yahoo! y Facebook, entre otras.

    La economía de ese país quedaría seriamente dañada si no puede aplicar los denominados 'tax rulings', que permiten a las compañías trasladar flujos entre sus filiales en diferentes países en función de las ventajas fiscales que ofrece una nación.

Apple debe reintegrar 13.000 millones de euros a Irlanda.
Apple debe reintegrar 13.000 millones de euros a Irlanda.
Diego Caldentey

La Comisión Europea acaba de asestar un duro golpe a Apple e Irlanda. La compañía de la manzana deberá devolver hasta 13.000 millones de euros (más intereses) al Gobierno del país europeo en impuestos no pagados.

Apple se ha beneficiado de un régimen fiscal favorable de "forma ilegal", según el fallo, a través de un acuerdo con Irlanda que ha permitido pagar el 1 por ciento de impuesto de sociedades de 2003 al 2014. La tasa del impuesto se ha ido reduciendo desde del 2003 hasta el 0,005 por ciento en el 2014.

Esta bomba detonada por el caso Apple estremece los cimientos de la isla esmeralda, que se ha convertido en la última década en un paraíso para las multinacionales (principalmente tecnológicas) para tributar menos. Todo, gracias a su política estatal de los denominados 'tax rulings'.

Gigantes como Apple, Starbucks, Facebook, Microsoft, Yahoo! o Google, entre otros, se han aprovechado de una estrategia fiscal concedida por Irlanda que consiste en un acuerdo entre la Administración y el contribuyente. En el caso de la compañía fundada por Steve Jobs, ese pacto buscaba una clara evasión fiscal, según los criterios de la Comisión Europea.

Los 'tax rulings' permiten a las compañías trasladar flujos entre sus filiales en diferentes países en función de las ventajas fiscales que ofrecen determinadas naciones. Las mayoría de las compañías que los han solicitado en Irlanda en la última década provienen de Estados Unidos o del Reino Unido. Pero esos acuerdos afectan a otros países, como las compañías belgas, holandesas, suizas o de Luxemburgo.

El pasado año han saltado a la luz 340 compañías que utilizaban tax rulings en Irlanda, Luxemburgo y Holanda, pero esa cifra apenas supone un número pequeño frente a las que todavía no han tomado estado público.

Por eso, Irlanda puede pasar de manera inminente de paraíso con ventajas impositivas a país del que hay que huir despavorido, siempre desde el criterio de las multinacionales y tras el fallo de la Comisión Europea. ¿Cómo afectará la supuesta traición de los gigantes europeos, si es que deciden cambiar sus horizontes, a la economía irlandesa?

Los irlandeses se defienden al alegar que esta práctica es legal por estar recogida en la legislación de su país y que puede quedar justificada en la falta de armonización fiscal en la Unión Europea. Pero, a partir de ahora, inevitablemente esta nación quedará tocada y deberá reconducir el rumbo sin hacer caja con uno de sus pilares de ingresos.

Irlanda ha informado que recurrirá esta decisión tomada por la Comisión Europea. La reacción de Apple ha sido también inmediata. "La Comisión Europea ha puesto en marcha un esfuerzo para volver a escribir la historia de Apple en Europa, ignorar las leyes fiscales de Irlanda y poner de cabeza el sistema tributario internacional. El caso de la Comisión no se trata de cuánto Apple paga en impuestos, se trata de qué gobierno recaude el dinero. Esto tendrá un efecto profundo y nocivo en la inversión y la creación de empleo en Europa. Apple cumple la ley y pagamos todos los impuestos que debemos en los lugares donde operamos. Vamos a apelar y estamos seguros de que la decisión será anulada".

Mientras tanto, la Dirección General de Fiscalidad (Taxud) de la Comisión Europa ya ha puesto en marcha varios mecanismos para detectar y multar a aquellas empresas que realizan prácticas similares.

Existe una directiva europea que obliga al intercambio de información automática cuando un país miembro otorga un tax ruling y con ello afecta la fiscalidad de otro país miembro, figura conocida como 'cross-border tax rulings'.

Las últimas actuaciones de la Comisión Europea, antes del caso Apple, se dirigieron contra Starbucks y Fiat-Chrysler, a las que exigió la devolución de entre 20 y 30 millones de euros en impuestos atrasados a Holanda y Luxemburgo respectivamente.  

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