El astillero La Naval irá a concurso de acreedores, pero no cerrará

  • Implica que se aplazan los pagos y se negocia una quita -un reducción de la deuda- con los acreedores, y permite dedicar los nuevos recursos a la empresa. 

    En el caso de La Naval, sus acreedores son la banca pero también los propios contratistas. Si hay quitas repercutirá en contratas, acreedores, y empleo.

La Naval celebra Junta este miércoles para abordar el futuro del astillero ante la ausencia de inversores
La Naval celebra Junta este miércoles para abordar el futuro del astillero ante la ausencia de inversores
EUROPA PRESS
L.I.

La dirección del astillero La Naval ha comunicado a los trabajadores que irá a una situación de concurso de acreedores de continuidad, es decir, con la intención no de cerrar la compañía sino de que esta perdure, según fuentes del comité de empresa.

Hoy se ha reunido la junta de accionistas extraordinaria en las instalaciones del astillero para decidir qué hacer ante la falta de noticias de un posible nuevo inversor.

Se estima que la deuda del astillero es de unos 150 millones de euros, aunque tiene cuatro buques en construcción. Los accionistas mayoritarios siguen siendo Ingeteam y Astilleros Murueta, que cuentan con el 33,8 % del capital cada uno de ellos.

Sin inyección de nuevo capital, el camino de la empresa se dirige hacia un procedimiento concursal. Según fuentes del comité, sería la opción que ha tomado la junta y que les ha trasladado la dirección después de que esta misma mañana le pidieran por escrito que les aclarase las intenciones de los accionistas.

Según estas fuentes del comité, se optará por un concurso de acreedores, la fórmula que se utiliza para cuando una empresa tiene problemas de solvencia y no puede pagar sus deudas. La gestión queda en manos de un administrador concursal.

Implica que se aplazan los pagos y se negocia una quita -un reducción de la deuda- con los acreedores, y permite dedicar los nuevos recursos obtenidos por la empresa a la continuación de la actividad y no a satisfacer la deuda generada hasta la declaración de concurso.

Según estas fuentes, la idea que les ha trasladado la empresa es que el concurso sea de continuidad, es decir, apuesta por que la firma siga funcionando, ya que buena parte de los concursos acaban en liquidación, con el cierre de la firma.

En el caso de La Naval, sus acreedores son la banca pero también los propios contratistas -la firma tiene unos 250 trabajadores en plantilla, pero 1.600 subcontratados-, de manera que si hay quita o aplazamientos de pago repercutirá en las contratas, como acreedoras, y en el empleo.

La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, ya anunció que si la opción de la compañía era entrar en concurso habría que hacer un trabajo riguroso para salir en una situación beneficiosa. 

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