La banca se sube al despegue económico y gana 8.000 millones en seis meses

  • El resultado se dispara un 22% interanual con el alivio de las provisiones por el retroceso de los activos problemáticos y un ingreso en comisiones que galopa al 13%.

    Solo en España, las seis mayores entidades mejoran un 12,8% sus cuentas ganan 3.115 millones. La rentabilidad de Bankinter, Bankia y BBVA rebasa el 8%.

El Banco de España eleva la previsión de crecimiento hasta el 3,1%
El Banco de España eleva la previsión de crecimiento hasta el 3,1%
E. C.

Era casi el mantra repetido entre la banca: ‘con la recuperación económica, el negocio remontaría’. Los primeros soplos de aire fresco en la actividad comenzaron a frenar el preocupante y dañino goteo de impagos y, ahora, con la economía lanzada a velocidad de crucero, sus cuentas galopan. Las cinco mayores entidades (Santander, con Popular integrado en sus balances; BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankia) ganaron 7.700 millones en solo seis meses, cuantía que supera en un 20,5% la cosechada un año atrás. La cifra rebasa los 7.896 millones y sube un 21,86%, si se incluye un Bankinter que con una dimensión inferior rivaliza ya en montante con algún un rival de mayor escala.

El viento llega de cola en prácticamente todos los países donde operan y pese a los nubarrones originados por el Brexit, el amago proteccionista de Donald Trump o las políticas del presidente turco Erdogan. Gran parte proviene del exterior, donde las entidades buscaron potenciar su incursión para diversificar cuando la economía española era un verdadero quebradero de cabeza porque desaparecía el negocio y se multiplicaban los impagos casi cada día. Pero por vez primera en años, la contribución nacional si aún no es un filón, está cerca. Aquí han generado un 40% del resultado conjunto del semestre: 3.115 millones, que equivale a mejorar un 19,44% la magnitud contabilizada un año antes.

La relación entre banca y Producto Interior Bruto (PIB) se encuentra íntimamente relacionada y se retroalimenta. Sin crédito, la actividad frena, y la ausencia de actividad es una fuente de problemas para el sector. Ahora viven un momento casi dulce. La economía crece al 3,1% de forma acelerada y con expectativas de que se amplíe al 3,2-3,3% al cierre de año, con un desempleo que se espera disminuya al 17% a fin de año, la misma tasa de 2009. La traducción al sector financiero es que la pertinaz pérdida de negocio está próxima a llegar a su fin porque los banqueros auguran que el crédito volverá a crecer a finales de año o principios del siguiente, lo que no ocurría desde 2010. De hecho, han desaparecido 497.000 millones de euros en saldo crediticio desde entonces, algo más de un tercio del maná que existía, convirtiéndose en uno de los factores que está detrás de las fusiones porque es menos tarta para los mismos agentes.Se atisba un cercano aumento del crédito

Casi todos los bancos que han presentado cuentas reportaron incrementos trimestrales en hipotecas, el último tipo de financiación en despertar después del dirigido a consumo y pymes. Dar la vuelta a esta fatídica tendencia es clave para empujar el famélico margen financiero, ese que se construye con la actividad típica de prestar dinero y retribuir el ahorro, y que por vez primera sienten que ha parado su deterioro.

La reactivación empresarial y que las familias estén mejorando sus rentas -los nuevos convenios colectivos incorporan incrementos salariales de alrededor del 1,5%, comienza a dar frutos en otra parte de la cuenta: las comisiones. Los seis grupos bancarios han empujado un 12,85% la recaudación por cobro de servicios como el uso de tarjetas en comercios y productos, con la migración del ahorro desde depósitos a tipo cero a productos con expectativas de mejor rentabilidad como los fondos de inversión o, incluso, de pensiones.

Pero si hay una partida determinante ahora es el ahorro en provisiones. Tras destinar la friolera de casi 300.000 millones a limpiar el balance y reforzarlo desde 2008, han comenzado a ahorrar dinero en la partida de provisiones en porcentajes que oscilan entre el 1 y 8% en los distintos bancos porque venden muchos más inmuebles y se ha detenido la entrada de impagos. Salvo Santander, donde la morosidad global del grupo sube del 4,29 al 5,37% por la incorporación del Popular -su mora supera el 20%-, la rúbrica mejora en todas las entidades. En BBVA cae del 5,1 al 4,8%, en Caixabank del 6,7 al 6,5%, en Sabadell pasa del 6,83 al 5,49% y en Bankinter de un 4,25 al 3,74%. El peor registro corresponde a Bankia, aún atascada en el 9,1% frente al 9,8% pero anunció su intención de doblegarla hacia cotas del 5% en tres años aprovechando el apetito de particulares e inversores internacionales por el ladrillo español. Quieren subirse a la ola de inversores convencidos de que lo que llega es revalorización en el precio de los pisos para sacudirse el penúltimo legado gravoso de la crisis.Mejora la imprescindible rentabilidad

Otra herencia nefasta para la industria es la fuerte presión en márgenes que ejercen los tipos a cero y que confían empezar a compensar con efecto volumen o venta de más préstamos porque la reversión de tipos se espera pronto pero muy lenta y progresiva. Será el revulsivo definitivo, aunque el empuje logrado ya en resultados a lomos del buen tono de la economía, nacional y mundial, comienza a enderezar su ratio más cuestionado: la rentabilidad. La rentabilidad sobre recursos propios oscila entre el 5,4% de Caixabank y un envidiado 12,17% en Bankinter, con guarismos intermedios próximos al 8% del coste del capital en BBVA, Bankia y Santander -en Sabadell, en el 6,6%-.

Y es que, a pesar de absorber un problemático Popular, el Santander conservado el cetro en ganancias con 3.612 millones a escala grupo (crece un 24,2%) y duplicando resultado en su banca española, hasta los 603 millones. Su truco es que el sexto banco español autoreparó sus problemas antes de consolidar, lo que le conducirá a presentar pérdidas históricas de 12.000 millones pero deja inmaculado el resultado del cántabro. A BBVA le han dado alas las filiales de México y Turquía, curiosamente sobre las que plantean las incertidumbres. Pero la entidad azul surfea con crecimientos en ambos países, hasta empujar un 25,9% el resultado del grupo hasta 2.306 millones, y el 8% en España, donde gana 670 millones.

El ranking lo continúa Caixabank, con ganancias disparadas un 19,5% en nuestro país (logra 762 millones) que se amplía al 31,6% a escala grupo (a 836 millones). El resultado del Sabadell sube un 5,9% y asciende a 425 millones, sobre todo porque mejora un 37,8% la cuenta nacional (aporta 279 millones); mientras que Bankia alcanza los 514 millones, un 6,7% más. Cuirosamente, Bankinter se convierte en farolillo rojo porque es el único donde cae la cifra, en un 15,73% hasta 286 millones cuando su trayectoria a lo largo de los nueve años de la crisis ha sido ejemplar. Le pasa factura que este año carece del ‘regalo’ contable recibido, en forma de fondo de comercio, cuando adquirió el negocio de Barclays en Portugal el pasado ejercicio, cuyo fuerte impuso está animando ahora su cuenta.

Los resultados actuales escamente recuerdan ese fatídico 2012 donde los bancos tradicionales entraron por vez primera en su historia en pérdidas y, con los abultados quebrantos de las cajas, el sector reportó en España unos números rojos de 73.706 millones de euros. Para ganar más a futuro las bases están puestas, con las altísimas huchas de solvencia, la economía en expansión y la presión que temían con la futura Ley Hipotecaria se ha disuelto. La banca está satisfecha porque clarificará las reglas de juego y les evitará sustos y el goteo de compensaciones, al erradicar discrecionalidades posteriores judiciales.

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