La banca italiana respira después de conocer que Bruselas no multará a España

  • El viernes se conocerán las conclusiones de los test de estrés a la banca italiana, y todo apunta que los malos resultados facilitarán el rescate que deseaba Renzi.

    La decisión de Bruselas, que finalmente no multó a España ni a Portugal, es una muestra de la laxitud que pretende adoptar la UE tras el 'Brexit'.

Italy's Prime minister Matteo Renzi arrives for an
Italy's Prime minister Matteo Renzi arrives for an
L.Díaz

No sólo hubo suspiros de alivio en la península ibérica cuando se supo que Bruselas no iba a multar a España ni a Portugal. En tierras italianas pudieron secarse el sudor frío que les recorría la frente durante las últimas semanas. Declinar la sanción a España es la constatación de que -tras el 'Brexit'- las autoridades europeas van a abrir el puño. Al menos durante un tiempo.

Si Bruselas no sancionó a España ni a Portugal, es difícil pensar que este viernes -tras conocer los pésimos resultados que obtendrá la banca italiana en los test de estrés- impidan a Renzi saltarse la normativa y inyectar dinero público sin que antes los accionistas sufran la devaluación de los bancos.

Esta posibilidad parecía alejarse la semana pasada cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) avaló la normativa vigente que exige a la banca recurrir en primer lugar a los accionistas y bonistas antes de recibir una inyección de dinero público. La sentencia hacía referencia a un caso de Eslovenia en 2013, pero hacía temblar a Matteo Renzi.

Cuando se corrobore que la banca transalpina es la que mayores problemas de capital posee de Europa el primer ministro italiano ya tendrá el pretexto perfecto para inyectar 40.000 millones en su endeble sistema bancario. Lleva arrastrando esta idea meses, en especial tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea, que debilitó -un poco más- la fortaleza de las entidades."Los bancos italianos siguen estando entre los más débiles"

El TJUE decretó que tendrían que existir "circunstancias excepcionales" para utilizar dinero público, sin recurrir antes a accionistas. El déficit de capital de la banca italiana será esa circunstancia excepcional -posee 360.000 millones incobrables- que Renzi utilizará para reestructurar la banca y tirar de dinero público para rescatarla.

Incluso Andrea Ernia, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), ha reconocido en vísperas a la publicación de los resultados que "los bancos italianos siguen estando entre los más débiles". Estas pruebas se realizan sobre 51 bancos europeos, los más grandes del continente, ya que acaparan el 70% del mercado.

Si alguna entidad sistémica -impensable dejarla caer- muestra escasez de capital será fácil que Renzi convenza a Bruselas. Su objetivo es que no se devalúe el valor de los bancos, ya que millones de italianos sufrirían estas pérdidas al poseer una ingente cantidad de deuda subordinada.

En caso de no poder inyectar dinero público, se perdería gran parte del valor. Y Matteo Renzi justifica el rescate diciendo que no solo sería un puñalada a su economía, también a la política italiana. Esta pérdida de valor podría significar que miles de ciudadanos, indignados por la pérdida de valor de sus inversiones, se venguen votando al populista Movimiento Cinco Estrellas.

Bruselas sabe que no le conviene agitar el avispero, más desde el 'Brexit'. Y hasta que se aclare la situación de Reino Unido en Europa, no puede permitir que aumente el recelo hacia las instituciones europeas ni que el sistema financiero italiano continúe lastrando los mismos niveles de morosidad.

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