Los mayores de 55 años, la generación excluida en Europa del sistema laboral

  • Una de cada dos personas de entre 55 y 64 años no tienen trabajo en el continente, teniendo en cuenta la media de ocupación de los 28 países de la UE.

    En España, apenas el 46,9% del segmento de población situado en esta franja de edad posee trabajo. En total, suman 1,2 millones de personas en paro.

Los mayores de 55 años, la 'otra' generación excluida del mercado laboral.
Los mayores de 55 años, la 'otra' generación excluida del mercado laboral.
Diego Caldentey

El drama del paro suele asociarse a las generaciones más jóvenes. En nuestro país, la desocupación ha causado estragos en todos los segmentos de edad, pero principalmente se ha ensañado con el colectivo de personas que poseen menos de 30 años.

Sin embargo, a la hora de analizar lo que sucede en Europa podemos comprobar que este tema también castiga con rigor a las personas en edad de trabajar que deberían atravesar el último ciclo en activo de sus vidas.

Los últimos datos publicados por Eurostat ponen de relieve un asunto grave, que se repite en los 28 países miembros de la UE. El colectivo de personas que tienen entre 55 y 64 años de edad tiene una tasa de ocupación actual del 53,3% de media. Traducido, poco más del 50 por ciento de las personas trabajan: una de cada dos.

En 16 de los miembros de la Unión Europa, la situación incluso es más dramática: la tasa de ocupación de los mayores de 55 años no llega ni al 50%. En este grupo se encuentra España, donde apenas el 46,9% de las personas que integran este colectivo se encuentra hoy ocupada.

Los principales afectados por este asunto son los países del Este, pero la tendencia también tiene consecuencias gravísimas en los países más relegados de Europa en materia económica, como Portugal (49,9%) y Grecia, y se repite en naciones consideradas 'sólidas' en la región, como Francia (48,7% de ocupados) e Italia (48,2%).

Los peores situados son cuatro países: Grecia tiene apenas al 34,3% de la generación 'pos-55' ocupada; Eslovenia, al 36,6%; Luxemburgo, al 38,4%; y Croacia, al 39%.

Los países nórdicos representan la otra cara de la moneda. Son los más sólidos y muestran datos más optimistas. En Suecia están en activo el 74,5% de la población de entre 55 y 64 años; en Alemania, el 66,2%; en Dinamarca, el 64,7%; en Estonia, el 62,2%; en Países Bajos, el 61,7%; en Lituania, el 60,4% y en Finlandia, el 60%. Letonia, Irlanda y República Checa son las otras tres naciones que superan la media de ocupación de la UE, pero ninguna de ellas supera la barrera del 60%.

Detrás de los fríos números se esconde una pesadilla mayor. La mayoría de estas personas que no tiene trabajo probablemente hayan quedado excluidas para siempre del mercado laboral. No tendrán una nueva oportunidad en sus vidas. 

Desde diversos sectores se intenta abordar un problema que, por ahora, carece de soluciones a la vista. El sindicato UGT, por ejemplo, acaba de formular una propuesta en la que propone una singular fórmula para aquellos parados de larga duración en España, expulsados del mercado laboral y que tienen muy difícil volver a encontrar empleo por ser mayores de 55 años.

Su propuesta pasa por crear un "puente a la jubilación", un plan extraordinario para retirar a 1,2 millones de personas que superan esa edad y que están parados.

Otras medidas que también han sido puestas en práctica en España por el Gobierno para frenar este drama tampoco han concretado el objetivo buscado. En la actualidad existe un subsidio para mayores de 55 años en nuestro país.

Las personas con opción a solicitarlo deben estar desempleadas, haber cumplido los 55 años cuando se agote la prestación por desempleo o el subsidio de desempleo, estar inscrito como demandante de empleo durante al menos 1 mes, además de no haber rechazado oferta de empleo ni cursos formativos durante ese tiempo y tener al menos 15 años cotizados a la Seguridad Social durante su vida laboral, entre otros requisitos.

Teniendo en cuenta las cifras, a pesar de las diversas iniciativas, por ahora, los mayores de 55 años siguen siendo la generación excluida de un sistema que les da la espalda.

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