La Junta ve insuficiente que las reválidas no tengan efectos académicos y aboga por su supresión

"Debe ser una buena noticia: hablar de un Pacto por la Educación sin hacer el más mínimo gesto o señal de reconocer que algo se hace mal y después parar, reflexionar e ir hacia delante es importante", ha asegurado De la Calle en declaraciones a los periodistas en Sevilla con carácter previo a la entrega de los Premios al Mérito Educativo.

Para la titular autonómica de Educación, el Gobierno central tuvo "todas las oportunidades" de haber recogido el "guante" del otrora ministro de Educación Ángel Gabilondo, principal promotor del pacto, "y no meternos en una Lomce que nadie ha querido y que todos hemos criticado hasta ayer mismo, con una gran manifestación".

Respecto a que las reválidas no tengan efecto académico, la consejera ha recordado que ese punto ya viene recogido en el decreto en tanto que se les considera a día de hoy "pruebas de entrenamiento para ver cómo sale". "No quiero eso, quiero que no haya exámenes de reválida y que mantengamos las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) adaptadas al currículum de los estudiantes", ha subrayado.

Para De la Calle, el nuevo anuncio "no ha aportado nada", pues "el avance es que no se realicen". "Entiendo que eso debe ser la novedad, es al menos lo que vamos a exigir desde las comunidades autónomas", ha dicho la responsable andaluza de Educación, en alusión a seguir con la evaluación continua y las calificaciones de cada ciclo para que los niños puedan obtener su titulación y que los que no vayan a la universidad finalicen sin la prueba.

"Espero que sea ésa la novedad, en el propio discurso creo que se le han acumulado las ideas y no las ha expresado claramente, porque si son novedades tienen que ir ligadas a esto", asegura la consejera del ramo, que pese al anuncio de Rajoy de mantener la suspensión de los efectos académicos hasta alcanzar el pacto educativo ha recordado que "ha puesto un plazo de seis meses para lograrlo".

De la Calle ha incidido en el "dolor" que la reforma educativa ha producido durante cuatro años a la población, con "la inseguridad de montar y adaptar los currículos a una ley que no queríamos, un trastorno muy grande, y la incertidumbre de que nunca sabíamos cuándo íbamos a tener una serie de normativas que desarrollaban la propia ley".

"Peor no se ha podido hacer, pero rectificar es de sabios. Si son capaces de decir que esto no nos sirve y que vamos hacia delante, yo encantadísima; es lo que debemos hacer todos para lograr por fin que la educación cuente con estabilidad, con presupuestos y ayudas adecuadas y sustanciales para llevar a cabo el pacto, como base para seguir progresando", ha agregado.