MÁS DE 17.000 PERSONAS HAN LLAMADO AL TELÉFONO CONTRA EL ACOSO ESCOLAR

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, indicó este miércoles que el servicio telefónico para prevenir el acoso escolar puesto en marcha por su departamento en noviembre de 2016 ha recibido ya más de 17.000 llamadas.
De ellas, 6.000 fueron consideradas como potenciales casos de acoso y consecuentemente se derivaron a las fuerzas de seguridad, agregó el ministro durante la inauguración del I Congreso Estatal sobre Convivencia Escolar, que se celebra en Sigüenza (Guadalajara).
El teléfono es gratuito, está atendido por profesionales, no deja huella en la factura y funciona los siete días de la semana 24 horas al día.
Al igual que este I Congreso sobre Convivencia Escolar, forma parte del Plan estatal para la Mejora de la Convivencia Escolar puesto en marcha por el Ministerio, que también ha elaborado guías para la detección del acoso y del ciberacoso.
Méndez de Vigo explicó que el plan, en el que se trabajó incluso durante los 10 meses de Gobierno en funciones, consta de ocho líneas fundamentales: observación y seguimiento; incorporación de políticas para la mejora de la convivencia; adopción de actuaciones de éxito y de prácticas basadas en datos científicos; control y seguimiento de los incidentes violentos; apoyo a las víctimas y a los responsables; coordinación entre instituciones; intercambio y comunicación entre agentes, e investigación en convivencia.
El ministro destacó asimismo la importancia del profesorado en todo este proceso, y defendió la necesidad de dotar a los docentes de prestigio social y autoridad.
Además, resaltó la importancia de una educación en valores, aspecto en el que ayer coincidieron todos los ministros del ramo de la UE reunidos en Bruselas, a propósito del atentado terrorista de Manchester.
“Es capital transmitir desde la escuela principios como el respeto a las ideas de los demás o la tolerancia”, algo que en España “ya estamos haciendo y hacemos bien”, destacó.
Por último, el ministro insistió en la urgencia de “ayudar a las víctimas, pero también a los responsables del acoso”, y de “compartir experiencias, para implantar los casos de éxito y evitar repetir errores”.

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