Barcos escuela frente a las inundaciones provocadas por el monzón en Bangladesh

Barcos escuela frente a las inundaciones provocadas por el monzón en Bangladesh
Barcos escuela frente a las inundaciones provocadas por el monzón en Bangladesh
EDIZIONES
EDIZIONES

La ONG también ha creado barcos que funcionan de biblioteca y clínica y hasta "granjas flotantes"

Su trabajo está centrado en los más pobres y los que no tienen tierras y beneficia principalmente a mujeres y niños

A grandes males, grandes remedios. En Bangladesh, un tercio del país se inunda cada año con la llegada del monzón, que provoca el desbordamiento de ríos y deja a miles de niños sin poder ir a la escuela. Ante esta circunstancia Mohammed Rezwan ideó una solución: barcos escuela.

Tras ver cómo muchos de sus amigos y familiares no podían ir a clase por el monzón en la zona del noroeste del país en la que vive, Rezwan estudió Arquitectura porque quería construir escuelas y hospitales. Sin embargo, reflexionó, también quedarían anegados por las aguas.

Fue entonces cuando tuvo la idea de usar barcos pero no encontró a nadie que la financiara. En 1998 fundó la ONG Shidhulai Swanirvar Sangstha con 500 dólares de su propia beca de estudios y sus ahorros y un viejo ordenador, pero no fue hasta 2002 cuando consiguió reunir los fondos necesarios para su primera escuela flotante.

En la actualidad, la ONG cuenta con una flota de 54 escuelas, bibliotecas, clínicas y centros de formación flotantes con conexión wi-fi y que ofrecen servicio a unas 97.000 personas en las zonas propensas a las inundaciones. En total, estiman que han ayudado a alrededor de medio millón de personas en el noroeste de Bangladesh en estos años.

LA EDUCACIÓN, LA CLAVE

"La escuela flotante es la parte más importante de nuestro trabajo de desarrollo", reconoce Rezwan en una entrevista concedida a Europa Press. "Creo que la educación es la clave para mejorar la calidad de vida y para ayudar a las personas a salir de la pobreza", sostiene.

Su organización trabaja sobre todo con las personas sin tierra en las regiones de Chalanbeel, en el noroeste de Bangladesh, donde las inundaciones son recurrentes y donde muchos de ellos no tienen acceso a educación, información o electricidad. Según la ONG, al menos el 31,5 por ciento vive por debajo del umbral de la pobreza. Se centran sobre todo en los niños y las mujeres.

La idea es sencilla: si los niños no puede ir a la escuela, la escuela va a los niños. Así, el barco, dotado de paneles solares que abastecen de electricidad las luces y los ordenadores, sirve al mismo tiempo como 'autobús' escolar, realizando varias paradas, y luego como aula. Cada uno de los barcos está dotado para acoger a 30 estudiantes.

Además, otros han sido convertidos en bibliotecas flotantes con hasta 1.500 libros y entre dos y cuatro ordenadores con acceso a internet, impresora y teléfonos móviles. Ello permite a niños y adultos formarse en el uso de ordenadores y conseguir información sobre cuestiones que van desde la agricultura y el cambio climático, pasando por el empleo o los derechos humanos.

También han puesto en marcha clínicas flotantes, que recorren los ríos y permiten a sus habitantes someterse a revisiones médicas. Estos barcos cuentan con médicos y enfermeros y están equipados con los medicamentos necesarios como antibióticos, antisépticos o suplementos nutricionales, entre otros, que son ofrecidos de forma gratuita a los pacientes.

CAMBIO CLIMÁTICO

Rezwan está especialmente sensibilizado con el cambio climático. Además del uso de paneles solares, la organización ha desarrollado su propia linterna SuryaHurricane (linterna solar), fabricada con partes recicladas de las tradicionales lámparas de queroseno y dotada con una bombilla de 5 vatios que ofrece una luz con la que los niños pueden estudiar y las mujeres pueden hacer labores de artesanía para ganar un dinero extra.

Asimismo, las escuelas flotantes ofrecen un currículo académico medioambiental basado en el río. "Se enseña cómo proteger el medio ambiente y conservar el agua", explica Rezwan. "Ha ayudado a los niños a entender la importancia del entorno natural y a cuidarlo", resalta, incidiendo en que "fomenta un interés de por vida en la naturaleza y la ciencia".

Su última apuesta en este ámbito son sus "granjas integradas flotantes" que cuentan con "un corral para patos, cercados para peces y un jardín para verduras atracados en la orilla del río y que ayudan a los agricultores sin tierras a vivir con la crecida de las aguas". Por ahora, se trata de un proyecto piloto pero "estamos trabajando para incrementarlo", explica.

Estas granjas flotantes garantizan que haya verduras durante el monzón, genera empleos y mejora la calidad de vida de sus beneficiarios así como su estatus nutricional, asegura la ONG, resaltando que permite a la gente adaptarse a las inundaciones provocadas por el cambio climático.

NO SE DA POR SATISFECHO

Pese a todos estos logros en menos de 15 años de existencia, Rezwan no se da por satisfecho. "Estoy feliz de ver a miles de niños que acuden a nuestras escuelas flotantes, pero al mismo tiempo hay aún cuatro millones de niños fuera de la escuela en Bangladesh", comenta a Europa Press.

"Por tanto, tenemos que construir más y más barcos escuela para llegar a cuantos más niños posible", subraya, pero para ello hacen falta fondos. La organización se financia con fondos que recaba tanto a nivel local como internacional, así como con los beneficios que generaN los cultivos, los peces y las linternas solares, pero la recaudación de fondos "se ha vuelto un reto tras la crisis financiera".

"No es fácil recaudar fondos para renovar viejos barcos-escuela que han estado operativos durante más de diez años y que están desgastados por el tiempo", admite, pese a lo cual asegura "trabajar duro" para reunir esos fondos con los que construir nuevas escuelas flotantes.

Shidhulai Swanirvar Sangstha también seguirá "investigando en nuestras tecnologías, mejorando el diseño de los barcos y sus métodos de construcción, renovando todos nuestros viejos barcos, actualizando el centro de formación central, construyendo nuevas bibliotecas y centros de formación".

NUEVAS IDEAS Y BÚSQUEDA DE ALIADOS

Rezwan ya tiene en tiene en mente nuevas ideas, como la creación de barcos de juego, aseos flotantes y centros para la recogida del agua de lluvia con los que paliar los problemas de agua potable en las zonas anegadas. El director de la ONG confía en poder contar con 48 nuevas escuelas flotantes para 2021 con las que atender a otros 4.320 niños.

"También me interesa investigar para desarrollar soluciones más pertinentes y asequibles que quiere nuestra comunidad y que usará para adaptarse al cambio climático y para garantizar el acceso a educación de calidad y formación, así como mejorar sus medios de vida", afirma Rezwan.

Por ello, añade, en su organización están dispuestos a trabajar con "personas, organizaciones internacionales y locales para vencer algunas de las más difíciles barreras para la educación en el mundo creando un impacto transformador en comunidades afectadas por el cambio climático".

"Trabajando en colaboración garantizaremos que todos los niños tienen acceso a la escuela en las zonas proclivas a inundarse en todo el mundo, que las familias sin tierra no sigan viviendo por debajo del umbral de la pobreza y que su calidad de vida mejore", remacha.

Mostrar comentarios