Luchando para conseguir una educación

  • Para Jadija, de 13 años, el camino a la escuela supone un desafío mayor que para el resto de niñas de su edad. Sufre parálisis parcial desde que nació y cada día hace un trayecto de 50 minutos de su casa a la escuela a pie, sólo con tal de poder asistir a clase al Centro de Aprendizaje Acelerado que hay cerca de su aldea, localizada en las tierras altas del centro de Afganistán. El invierno en esos páramos puede durar hasta seis meses.
Luchando para conseguir una educación
Luchando para conseguir una educación
Por Sahraa Karimi y Nicole Foster/UNICEF
Por Sahraa Karimi y Nicole Foster/UNICEF

"Una mañana de invierno, cuando todo estaba cubierto de nieve, llegué a clase y no había nadie. Entonces vi a Jadija caminando lentamente hacia la escuela, con su mochila al hombro", cuenta Maryam, la profesora de Jadija.

"Se cayó varias veces en la nieve hasta que consiguió alcanzar el edificio, pero vino de todas formas. Apenas podía aguantar las lágrimas. Es una chica extraordinariamente valiente", añade con la emoción todavía a flor de piel.

Jadija, como la mayor parte de las niñas en su comunidad, no pudo asistir a la escuela cuando era más pequeña: simplemente no había dónde acudir en cientos de kilómetros.

Afortunadamente, la situación cambió cuando el Centro de Aprendizaje Acelerado abrió en el pueblo de Peer Dad, dando la oportunidad a decenas de niños y niñas de recibir una educación y de poder integrarse en cierto punto en los centro educativos oficiales del Gobierno.

Con 13 años, Jadija sólo está en segundo curso y todavía tiene que trabajar mucho para ponerse al día, algo muy común entre los menores que viven en aldeas remotas de Afganistán. Los Centros de Aprendizaje Acelerado están estructurados de tal forma que permiten a sus alumnos completar en un año lo equivalente a dos cursos en una escuela gubernamental.

SOY FELIZ

Jadija nació de forma prematura. Sin acceso a ningún tipo de hospital o centro sanitario, su madre dio a luz en su casa. Como consecuencia, Jadija perdió parte de la movilidad en sus piernas. Estudia mucho todos los días y quiere demostrar que su discapacidad no es un obstáculo.

"Soy tan feliz de que tengamos esta escuela en nuestro pueblo. A lo mejor un día puedo convertirme en doctora, o trabajar en algo que pueda ayudar a mis padres y a otra gente", cuenta Jadija, ilusionada.

Localizados principalmente en áreas remotas, los Centros de Aprendizaje Acelerado forman parte de los programas de educación de UNICEF, que proporcionan a miles de niños y adolescentes una segunda oportunidad, brindándoles la opción de recibir una educación más cerca de casa en comunidades subdesarrolladas que se han visto afectadas por la inseguridad, la falta de medios de transporte, el desplazamiento o simplemente la falta de infraestructuras educativas.

En Afganistán, durante años las tradiciones y las barreras culturales han impedido a las niñas recibir una educación. Por si fuera poco, se espera que las mujeres jóvenes sean las que realicen todas las tareas del hogar, por lo que asistir a las clases y encontrar tiempo para estudiar no son tareas fáciles para Jadija y sus compañeras.

No obstante, la familia de Jadija la ha apoyado siempre con su educación. "Siempre soñaba que llegase un día en el que mi niña pudiera al menos leer y escribir. No podía hacer nada por ella, a pesar de que es hija única. Ahora puedo hacer esto. Me siento muy feliz porque esté yendo a la escuela y aprendiendo", cuenta el padre de Jadija.

"Siempre que tiene un poco de tiempo, lee", añade. "A veces lee en voz alta para mí", apunta.

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