La batalla de Turquía contra Gülen en África

La cofradía Gülen "no intenta sólo tomar el poder en Turquía, sino alcanzar África", advirtió el presidente turco Erdogan, que ha diezmado las escuelas de su principal enemigo. En el continente africano lo tendrá más difícil.

Desde el golpe de Estado fallido del 15 de julio, Recep Tayyip Erdogan libra una guerra contra Fethullah Gülen, y contra todos los colegios y universidades del predicador exiliado y acusado de la intentona golpista. Un combate llevado a cabo en Turquía y en el mundo, porque la cofradía ha urdido una red en 120 países.

Gülen está poco implantado en el norte del continente, pero desde 1996 posee un centenar de escuelas en unos 40 países de África subsahariana.

Son caras, sólo asequibles a la élite y a niños con beca. En Estados Unidos, donde Gülen está exiliado, atraen a una población de inmigrantes.

Turquía ejerce presiones en África, un continente en el que sólo el 20% de los alumnos logra ir a la universidad, para el cierre de los colegios y universidades de Gülen. Muchos países se niegan pero otros, los expuestos a sanciones o los más necesitados de ayuda, podrían ceder.

En Nigeria, el embajador turco Hakan Cakil ha pedido formalmente al gobierno el cierre de sus 17 escuelas y la universidad, situadas sobre todo en Lagos, Kano, Kaduna y Abuja, invocando "la seguridad nacional de Turquía". Unos 4.250 jóvenes estudian en ellas.

Nigeria se opone y recuerda a Ankara que es un "Estado soberano".

Estos colegios figuran "entre los más prestigiosos del país, y con un coste de 12.000 dólares por año (unos 10.000 euros), están dirigidos a los muy ricos", explica Gabrielle Angey, estudiante en doctorado del Centro de Estudios turcos CETOBaC, en París.

Estos establecimientos "no están relacionados con el gobierno" y Abuya "no entiende el sentido de la demanda", declaró a la AFP Cemal Yigit, un turco de Hizmet, el movimiento de Gülen, fundador del Nigerian Turkish International Colleges (NTIC). "La gente no ve ningún vínculo entre estos colegios y el intento golpista en Turquía. Es aburdo".

En Kenia, las seis escuelas de la cofradía están gestionadas por la Fundación Omeriye y permanecen abiertas a pesar de las presiones.

No es el caso de Somalia, que cerró dos colegios de la Nile Academy en Mogadiscio. Este país ha recibido ayuda diplomática, militar y al desarrollo de parte de Turquía. El propio Erdogan inauguró el aeropuerto de Mogadiscio financiado con fondos turcos.

Sudáfrica cuenta con nueve escuelas Gülen, en su mayoría en las grandes ciudades, que forman parte de las mejores, como el liceo Horizon de Johannesburgo, número uno a nivel nacional en matemáticas.

"Se las conoce sobre todo por sus excelentes resultados en el bachillerato y en particular en ciencias", afirma Ayhan Cetin, presidente del Turquoise Harmony Institute de Johannesburgo, un centro cultural turco inspirado (pero no financiado) por Gülen.

"No hay motivo para que estos colegios cierren: Sudáfrica es una democracia y son colegios sudafricanos". afirma Cetin.

"De hecho el gobierno turco no tiene ningún poder directo para el cierre de estos colegios", dependientes de los ministerios de Educación de los países en los que están asentados, afirma Gabrielle Angey.

La presencia turca en África era insignificante al comienzo de los años 2000 pero se ha acabado anclando gracias a la red de escuelas de Gülen y a la confederación patronal turca Tüskon, abiertamente gulenista.

La enseñanza en estos centros se basa en las asignaturas científicas, las nuevas tecnologías, la economía, la esfera internacional y se imparte con frecuencia en inglés, incluso en los países de habla francesa como Senegal (ocho colegios).

"Los profesores turcos pertenecen realmente a la red Gülen, son religiosos involucrados desde hace tiempo" en la cofradía, afirma la investigadora.

"La dimensión religiosa es tan pequeña -añade- que muchos estudiantes ni siquiera saben que su colegio pertenece al movimiento".

"No hay cursos de educación religiosa", afirma Angey, salvo en Senegal, donde son obligatorios.

Las escuelas africanas de Gülen son pluralistas: acogen a cristianos, que en el caso de Nigeria constituyen el 45% de los alumnos.

Hasta la intentona golpista de julio, los estudiantes solían acabar su formación en universidades en Turquía abiertamente gulenistas y religiosas.

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