Asimismo, los colegios llevan semanas dedicados a buscar sus propios patrocinadores, es decir, personas de su entorno que se comprometen a aportar un pequeño donativo por cada kilómetro o vuelta que ellos den en la carrera. En 2016 se reunieron así 550.000 euros.
Además, otro de los objetivos de los centros educativos y de Acción contra el Hambre a través de esta iniciativa es enriquecer el currículo académico del alumnado con una educación comprometida en eliminar una enfermedad que actualmente se cobra la vida de 8500 niños cada día.
Por ello, la carrera constará de dos fases: la primera es una jornada de sensibilización por parte de voluntarios y empleados de Acción contra el Hambre que acuden a los centros a ofrecer charlas adaptadas a cada nivel educativo explicando cuáles son las causas y los efectos del hambre en el mundo, y la segunda, la prueba propiamente dicha.
"Juntos podemos hacer que los más pequeños sean el motor de cambio de nuestra sociedad", ha expresado la directora del colegio Fuentelarreyna en Madrid, Mª Teresa Arias-Salgado. Por su parte, la directora técnica de Secundaria y Bachillerato del Colegio Antamira de Madrid, Ana Carreras ha añadido que esta iniciativa "mueve a toda la comunidad educativa, combinando la solidaridad con la alegría de hacer una actividad grande todos juntos y de poder aportar todos y cada uno de nosotros".
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