España, el país de las oportunidades para los profesores de alemán

    • La crisis ha incrementado el estudio de idiomas y, especialmente, el de alemán
    • Mientras miles de españoles emigran a buscar trabajo a Alemania, los germanos no tienen problemas para encontrar trabajo enseñando su idioma

Thomas, profesor de alemán, en la playa de San Sebastián
Thomas, profesor de alemán, en la playa de San Sebastián

"Cada vez doy más clases, hay mucha gente que quiere aprender alemán para irse allí a trabajar", habla Robert, berlinés de 45 de años, "cuando llegué me pregunté de qué me podía ganar la vida, me di cuenta que dar clases era una posibilidad, así que llevo enseñando desde hace cuatro años".

Al igual que este licenciado en Arte Dramático son muchos los germanos que han encontrado en nuestro país, pese a la alta tasa de paro, una oportunidad laboral enseñando su idioma. "La demanda de clases ha aumentado mucho y cada vez hay más", afirma Lutz, docente de la academia de idiomas Tándem, "en mi clase, el 90% quieren aprenderlo para emigrar".

Los profesores particulares, escuelas de idiomas, institutos, academias... no dan abasto. La crisis ha incrementado el estudio de idiomas y, especialmente, el de alemán, algo comprensible si se tiene en cuenta que el portal europeo de la movilidad profesional Eures oferta más de 400.000 empleos de muy distintos perfiles profesionales en el país de Angela Merkel.

El Instituto Goethe por ejemplo, el equivalente a nuestro Instituto Cervantes, superó en 2011 su récord de alumnos, que aumentaron en todo el mundo un 6,7 por ciento. España registró el mayor crecimiento de demanda con un incremento del 35 por ciento.

"Es sobre todo gente joven la que se interesa por nuestros cursos, no porque quieran leer a Goethe y Schiller en versión original, sino porque quieren crecer profesionalmente", reconocía en marzo el presidente del Instituto Goethe, Klaus-Dieter Lehmann.

"Desde que Angela Merkel dijo que en Alemania había miles de puestos de trabajo para personas cualificadas españolas hemos percibido un gran aumento de la demanda", explica Matilde Cerrolaza, de la Escuela InternacionalTándem a lainformacion.com. "Entre el diciembre de 2010 y el de 2011 tenemos un 65% más de facturación"

El hecho supone también una oportunidad de empleo para los alemanes que deciden instalarse en nuestro país, tal y como señala Cerrolaza, "acorde con el crecimiento de estudiantes recibimos también más solicitudes de empleo de docentes de alemán".

"Mi primera idea era ser trabajador social", afirma Lutz, "pero rápidamente cambié a profesor y me encanta e ilusiona todos los días mi trabajo". Para Thomas, licenciado en Historia y Filología por la Universidad de Colonia, el boom en la demanda también supuso una oportunidad laboral.

"A lo largo de los últimos años ha habido muchos cambios en mi trabajo. Al principio trabajé en academias de idiomas", afirma, "ahora trabajo como autónomo. Gano más y por eso no tengo que dar tantas horas como al principio. Como resultado, puedo preparar mejor mis clases".

Billete para la tierra prometida

Los españoles miran su país con esperanza mientras ellos permanecen, ¿no se plantear volver a sus raíces? La respuesta es un "no" rotundo. "Yo veo mi futuro aquí, es algo más real", comenta Robert, "la situación de Alemania no es tan positiva como la gente cree. Allí las cosas también son difíciles".

Pese a la advertencia, los españoles que asisten a sus clases se muestran decididos a emigrar. "Lo que más me llama la atención de mis alumnos son su ganas de aprender, no sólo la lengua, también la cultura de mi país", comenta Lutz.

"Me gustan mis alumnos españoles por su cercanía, muchos de ellos son verdaderos talentos de la conversación" remacha Thomas. Mientras Robert sigue sorprendiéndose cada día con "su alto nivel de formación, la mayoría de mis alumnos son ingenieros, médicos, abogados..."

Los profesores consultados por lainformacion.com no tienen "queja" de sus alumnos y mucho menos "del sol y la luz" de nuestro país, pero sí lo tienen en relación a las políticas educativas. "Lo que menos me gusta de España es su mercado laboral y el desprestigio de la enseñanza a todos los niveles", lamenta Thomas.

A lo que Lutz añade, "me preocupa el rumbo que está tomando la política española, la corrupción aceptada por todos, los recortes a los más necesitados, el clasicismo y la arrogancia de la clase política".

Es precisamente este hecho el que motiva que cuando algún amigo le pide a Robert consejo para venirse a España éste le responda: "Piénsatelo bien porque el sol no te va a pagar las facturas".

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