Si tu lengua es el español, tienes un 'as en la manga' para encontrar trabajo

    • Varios países necesitan profesores cualificados que impartan el idioma de Cervantes
    • Existen varios cursos y módulos que te pueden preparar para dar clases del idioma

El Instituto Cervantes se planteó recientemente el cierre de alguno de sus centros, algo descartado hace una semana
El Instituto Cervantes se planteó recientemente el cierre de alguno de sus centros, algo descartado hace una semana

Unos 18 millones de personas estudian hoy español en el mundo; sólo tres de cada diez asiáticos que querían aprender la lengua pudieron hacerlo el año pasado porque no había profesores cualificados para ello; Brasil necesita 20.000 docentes del idioma; en 2050 EEUU será el primer país hispanohablante del mundo... Éstos son sólo algunos datos recogidos en el Anuario del Instituto Cervantes que muestran el interés que existe fuera de nuestras fronteras por conocer el idioma y que se traducen, por tanto, en oportunidad de empleo para los hispanohablantes.

María Barreto, 30 años, dejó Lanzarote en 2011. En España tenía dos empleos (profesora de español en una academia y dependienta) y aún así le resultaba difícil llegar a fin de mes. "Me ofrecieron trabajar en el extranjero y un mes más tarde me encontraba en el aeropuerto diciendo adiós a mi oscuro presente".

La solución a los problemas de María se encontraba en Singapur, donde se dedica desde entonces a conseguir que los estudiantes sean capaces de descifrar nuestro idioma. "La verdad es que siempre pensé que trabajaría como profesora de Lengua y Literatura en algún instituto pero me pilló la crisis", explica esta licenciada en Filología Hispánica. "Mi futuro no podía depender de un Gobierno sino de mí. Pensé que dar clases de español podría ser una buena opción".

Macarena Muñoz también encontró en la docencia un refugio para salir del desempleo y vivir nuevas experiencias. Hace seis meses llegaba a Toronto con el objetivo de buscar nuevas oportunidades y perfeccionar su inglés. "No tenía claro a qué dedicarme, pero sabía que trabajar como periodista sería muy difícil porque tienes que ser practicamente bilingüe. Sólo unos meses antes de marcharme, decidí que probaría suerte como profesora de español. Aunque nunca me cerré a otras posibilidades", afirma la joven.

Así, la periodista, antes de partir decidió hacer un curso de enseñanza de español como lengua extranjera. Ahora da clases particulares y, asegura, trabajo no le falta. "En general, el español es un idioma demandado en Canadá, así que no tengo demasiadas dificultades a la hora de encontrar gente", afirma. "Otro tema es conseguir una fidelización por parte de los alumnos. Falta constancia en ese sentido".

"Hay una necesidad generalizada de profesores de español" afirma afirma Francisco Moreno Fernández, director académico del Instituto Cervantes. "La diferencia entre regiones depende de si disponen de centros de formación suficientes o no. En los Estados Unidos, por ejemplo, hay una gran demanda, pero también hay muchas universidades formando profesores, cosa que no ocurre en China o en Brasil".

De hecho, si algo llamó la anteción de María a su llegada fue la curiosidad que despierta nuestro idioma en Oriente: "El español está expandiéndose muchísimo y todo el mundo quiere hablarlo. Me sorprendió ver la cantidad de singapurenses que están interesados, no sólo por la lengua, sino por la cultura española en general".

Mayores dificultades se encuentran los compañeros de Patricia Levin para desarrollar su trabajo como profesores en Boston. Esta argentina de 50 años se considera afortunada por poder dar clases en una escuela secundaria privada de la ciudad, aunque admite que en EEUU la situación para los docentes de español no es sencilla.

"La demanda existe pero el mercado esta muy bastardeado por 'profesores' que en realidad solo son hablantes nativos con talento limitado y tarifas muy módicas", explica Levin. "Desalentaria a cualquiera que quiera venir a USA sin permiso de trabajo. La visa de turista no sirve para trabajar y hacerlo sin permiso oficial no es una buena idea. Además las empresas serias no te contrataran y sólo de alumnos particulares no se puede vivir".

No basta con ser hispanohablante...

La diferencia entre los verbos 'ser' y 'estar', los usos del 'por' y el 'para', la utilización del subjuntivo... éstos son los prinicipales baches con los que se topan los estudiantes de español y para los que necesitarás estar preparado para ayudarles. "Para ser un buen profesor de español debe tenerse una formación específica; no basta con saber hablar la lengua", explica Moreno Fernández. "La mayoría de nosotros sabe caminar, pero solo unos pocos, preparados para ello, son corredores de marcha".

De la misma opinión es Barreto, que asegura que no todos los hispanohablantes están preparados para dar clases. "Requiere formación y un gran dominio de la lengua", asegura. "Siempre habrá una pregunta en clase que no te hayas planteado jamás como hispanohablante. Por ejemplo, ¿qué me dirías si te pregunto cuál es la diferencia entre "por" y "para"? Lamentablamente el intrusismo laboral existe y hay mucha gente que se ofrece una enseñanza de mala calidad".

La formación específica para dar clases del idioma de Cervantes es la de Filología Hispánica, aunque cada vez el mercado cuenta con más másters y cursos que ofrecen los recursos necesarios para convertirse en docente de español. Unos de los más conocidos son los del Instituto Cervantes (impartidos en su centro de Alcalá de Henares) pero también hay varias universidades, tanto públicas como privadas que cuentan con programas formativos y titulaciones oficiales. Asimismo, podrás encontrar en editoriales y escuelas de idiomas una amplia oferta de cursos prácticos.

A la hora de elegir formación, Moreno Fernández recomienda valorar tanto el "nivel formativo" del curso (nuevos profesores, perfeccionamiento, …) como "la calidad del profesorado, el número de horas lectivas, si incluye prácticas o no y el tipo de certificado que se consigue".

Con alguno de estos ciclos formativos tendrás más recursos a la hora de dar clases tanto a nivel particular como en escuelas o academias. Ahora bien, si tu objetivo es dar clases en alguna de los 84 centros con los que cuenta el Instituto Cervantes por el mundo, necesitarás cumplir una larga serie de requisitos. Entre ellos se encuentra la de ser licenciado universitario, tener una experiencia docente mínima de 300 horas y superar una prueba específica. Además, se valoran méritos como el conocimiento de idiomas, la formación de posgrado o la publicación de materiales de enseñanza.

"Las convocatorias de puestos de profesores de plantilla se publican en la página electrónica del Instituto Cervantes. Simplemente hay que realizar los trámites que allí se soliciten", explica Moreno Fernández. "Además, los centros del Instituto hacen convocatorias para la contratación de profesores colaboradores o instructores, para lo que es bueno que los aspirantes, normalmente residentes en cada zona, mantengan contacto con el centro de su ciudad".

¿Qué más necesito?

Pese a que aseguran que no es imprescindible saber el idioma del país en el que se vive para dar clases, los expertos aconsejan conocerlo. "No es indispensable, pero es recomendable conocer la lengua de los estudiantes, para poder atender mejor sus necesidades, especialmente cuando se trata de aprendices del nivel inicial", explica el director académico.

De la misma opinión es Barreto y eso pese a que en sus clases el español es lo único que se permite."Nunca se habla en otro idioma, incluso desde el primer día, y te sorprenderías si vieras cómo salen de clase diciéndote 'adiós', 'hasta mañana', sin ningún problema".

A los problemas lingüísticos que en ocasiones se suelen plantear hay que sumarles el choque cultural, un aspecto para el que cualquier profesor de español ha de estar preparado. "Hay que saber adaptar la clase al tipo de alumno que tengas. No funcionarán los mismo ejemplos con alumnos de diferentes nacionalidades y culturas", afirma la joven. "Lo más importante es llevar una formación adecuada a tus perspectivas, como en cualquier otro trabajo, y no desistir nunca aunque las cosas se pongan difíciles. Siempre habrá un hueco para ti en algún lugar".

Y es que, las dificultades se olvidan cuando, subraya Muñoz, se comienzan a ver los avances de los alumnos. "Es gratificante ver su evolución y las ganas por aprender algo nuevo. Es un trabajo en el que te sientes útil, y eso me gusta mucho".

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