Expertos señalan que mejorar la calidad de los servicios debe ser el objetivo de la colaboración público-privada

Así, Goldsmith opina que las "mejores prácticas" de este tipo de colaboraciones se basan, por ejemplo, en que los procesos sean "claros, transparentes y competitivos" para "superar las suspicacias sobre favoritismos"; en la presencia de figuras relevantes o "paladines" del sector público en la cúspide de los proyectos; en mantener informados a los ciudadanos; o en que las empresas adjudicatarias acepten las plantillas íntegras en las empresas existentes.

Igualmente, durante sus intervenciones esta tarde en el 'III Encuentro Sostenibilidad de ciudades: los retos de la gestión fiscal y la buena gobernanza', que tiene lugar en los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Los dos han coincidido en la importancia de mantener informados y contar con los agentes locales para conseguir una "buena gobernanza".

Del mismo modo, Samuels ha recalcado que es "clave" saber quién va a asumir la deuda de estas colaboraciones, al tiempo que ha advertido de que "el fracaso no es una opción". "Si no proporcionamos empleo, va a haber choques sociales", ha avisado.

Goldsmith también ha defendido, basándose en su experiencia en estas dos ciudades, así como a nivel federal, que el Estado o la Administración Pública correspondiente "no puede dejar de ser el regulador" de los servicios privatizados.

Igualmente, ha señalado que el sector privado "suele ser mejor" que el público si se dedica a una sola área en comparación con las empresas públicas que diversifican sus acciones. Del mismo modo, ha destacado que una colaboración público-privada "muy pocas veces sale mal por falta de dinero" o por un "mal proyecto".

Por su parte, Samuels ha lamentado que, según cifras del Banco Mundial, en 2015 sólo se consiguió "un 4 por ciento" de la inversión anual necesaria para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

"No vamos bien", ha apostillado, al tiempo que ha remarcado que sucede lo mismo en lo relativo al ámbito de la mitigación de los riesgos que asumen las distintas partes involucradas en una colaboración público-privada.

En cuanto a los riesgos existentes que pueden hacer que no haya inversiones privadas, ha mencionado los propios del mercado o los políticos porque, en lo relativo a los segundos, los acuerdos sobre proyectos de energía, agua o saneamiento "se rompen cuando hay presiones" sobre el gobierno de turno, tal y como ha concretado.