Loyola Andalucía presenta la Escuela Superior de Ingeniería, "ejemplo en la apuesta por la innovación" en la región

  • La Universidad Loyola Andalucía ha presentado este martes su Escuela Superior de Ingeniería, un "referente único" a nivel regional y también nacional, y la situación y perspectivas del mercado de trabajo para los profesionales de la ingeniería, además de "todo un ejemplo en la apuesta por la innovación" en Andalucía.
Loyola Andalucía presenta la Escuela Superior de Ingeniería, "ejemplo en la apuesta por la innovación" en la región
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EUROPA PRESS
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Así, en un comunicado, Loyola Andalucía destaca que la Escuela Superior de Ingeniería ha sido la única Escuela Privada de Iniciativa Social del sur de España, "siendo ya y a pesar de su juventud, todo un ejemplo en la apuesta por la innovación en Andalucía", e "invirtiendo en investigación y docencia en tres niveles: Grados, Másteres y Executive Education".

De este modo, Loyola apunta que su escuela responde a la tradición de la Compañía de Jesús en el marco de la ingeniería y "con el fin último de formar hombres y mujeres para los demás", así como con el convencimiento de poder "formar a excelentes personas" que puedan desarrollar su carrera profesional en el campo de la ingeniería y ayuden a la configuración de un mundo más sostenible y más justo".

La Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad Loyola Andalucía oferta cuatro grados en Ingeniería, tres de la rama industrial: Grado en Ingeniería Electromecánica, Grado en Ingeniería de Organización Industrial y Grado en Ingeniería Mecatrónica y Robótica y el Grado en Ingeniería Informática y Tecnologías Virtuales.

Los tres primeros, de la rama industrial, conducen al Máster en Ingeniería Industrial, habilitante para desarrollar la profesión de ingeniero, que también se imparte en Loyola Andalucía y que en esta universidad se puede cursar de forma conjunta con el MBA. Y también un importante desarrollo en formación de Executive Education, de formación para ingenieros que han desarrollado actualmente su actividad profesional, tanto en programas 'ad hoc' como programas abiertos.

Además, según Loyola, hay tres características que han dotado de singularidad propia y éxito a la oferta formativa en el ámbito de la ingeniería, al tiempo que señala que la tecnología ha redefinido las reglas del juego de los ingenieros, en sentido positivo, por las posibilidades que se han abierto con cada nuevo desarrollo tecnológico, pero también, como desafío, "ya que lo que hace pocos años era un conocimiento imprescindible para el profesional, hoy puede quedar obsoleto, o simplemente superado por la automatización".

Esto, apunta la universidad, sugiere formar a los nuevos ingenieros con las siguientes estrategias de pedagogía basándose en el desarrollo de la Ratio Studiorum donde se han empleado metodologías docentes innovadoras con una gran variedad de recursos, tanto de laboratorios físicos y virtuales como otro tipo de herramientas tecnológicas, destinados a facilitar una formación integrada, el continuo desarrollo de habilidades y una visión de la construcción del mundo.

De este modo, aboga por no separar la formación humana de la técnica, manteniendo siempre la perspectiva, la visión sistémica de la profesión, en el equipo de trabajo, en la empresa, en la sociedad; formar en grupos de trabajo capaces de desarrollar actividades y proyectos fuera del ámbito académico. En este sentido se conoce la iniciativa Loyola Teams; fomentar el aprendizaje activo basado en proyectos, flipped learning, clickers; o pasar de un fixed mindset (visión estática de las capacidades del profesional) a un growth mindset (reconocer que siempre estamos y estaremos aprendiendo).

Además, apuesta por avanzar de la mano de la tecnología y comprender que las materias de estudio no son compartimentos aislados, sino áreas interrelacionadas, en cuya intersección surgen las mejores oportunidades. Para sacar partido a este concepto, de relevancia creciente, es preciso diseñar los procesos formativos, en todos sus niveles (planificación, programación, impartición, seguimiento) de manera integrada, con equipos docentes que cooperan, y con profesionales de la industria. La planificación y la actividad diaria de Loyola se organizan según estos principios.

PRÁCTICAS DE EMPRESAS Y PRÁCTICAS PROFESIONALES

Asimismo, Loyola Andalucía destaca que cuenta con convenios de colaboración específicos para los grados en ingeniería con empresas como IBM, Renault, Microsoft, Mathworks, EADS, Persan, Greenpower technologies, Emasesa o IDOM, entre otras, para la realización de prácticas de empresas, e igualmente para el desarrollo de prácticas profesionales en el caso de los alumnos que cursan el Máster en Ingeniería Industrial (Máster habilitante para el ejercicio de la profesión).

En este sentido, también asegura que es muy relevante la integración de un porcentaje importante de directivos de empresas industriales y tecnológicas en el equipo docente, realizando visitas y proyectos industriales, y organizando prácticas en empresa de carácter obligatorio, de las que han disfrutado el cien por cien de los egresados.

GLOBALIDAD

Por último, Loyola Andalucía ve importante trabajar en una actitud abierta a los diferentes modos de ver el mundo, a la globalización constructiva y a la multiculturalidad. En este sentido, señala, por ejemplo, las clases han de impartirse en una parte significativa en otros idiomas, con alumnos internacionales, y realizando una o varias estancias en el extranjero. "En Loyola este aspecto es fundamental, se hace un gran esfuerzo por garantizar estos factores", subraya.

Se han desarrollado acuerdos internacionales de intercambios: Programas Erasmus y Programas Mundus, estancias internacionales de los alumnos, en más de 40 universidades internacionales lo que supone cerca de 30 países repartidos por varios continentes: Europa, Norteamérica, Latinoamérica y Asia. Éstos pueden hacer intercambios en países de larga tradición en materia de ingeniería como es Alemania y Reino Unido, pasando por países con un pujante desarrollo industrial: Brasil, Chile y México y en los países de referencia en materia de desarrollo tecnológico como Corea del Sur y Japón.

El director de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Loyola Andalucía, Fabio Gómez-Estern, ha reclamado un "esfuerzo" en los distintos niveles educativos para "despertar" la vocación tecnológica y científica, ya que mientras la demanda de ingenieros se ha incrementado un 20 por ciento en los últimos años, el número de matriculaciones en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) se han reducido prácticamente en la misma proporción.

"Necesitamos hacer un gran esfuerzo para despertar las vocaciones tecnológicas y científicas en Andalucía", ha señalado. En la última década, según datos del Ministerio de Educación, "esta cifra ha caído un 23,3 por ciento y los graduados no sobrepasan los 57.000". Además, añade que hasta 2019 se prevé que "la caída neta de nuevos ingenieros en España sea de un 40 por ciento", mientras, según los últimos datos laborales, el 50 por ciento de las ofertas de empleo en la actualidad están relacionadas con el sector de las tecnologías.

Por último, ha asegurado que "el 50 por ciento de las ofertas de empleo están relacionadas con el sector de las tecnologías". Además, ha señalado que las empresas que no consigan capital humano actualizado ante las nuevas tecnologías "no podrán sobrevivir" y "en un riesgo para nuestro país quedarse atrás". En cuanto a Andalucía, ha indicado que "en la misma medida que no está por delante en otros factores en educación, tampoco lo está en competencia digital".

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