¿Por qué nuestras universidades fracasan en los ranking y las escuelas de negocio no?

    • Las escuelas de negocio están obligadas a competir para atraer alumnos, puesto que no los tienen asegurados como las universidades públicas y tienen más autonomía para tomar sus decisiones.
    • El hecho de que catedráticos y profesores titulares tengan asegurado sus plazas de por vida tampoco deja margen a la innovación, a la movilización.

La UB, única universidad española entre las 200 mejores del mundo
La UB, única universidad española entre las 200 mejores del mundo

Una vez más un ranking deja en evidencia a las universidades españolas. Ninguna se encuentra entre las 100 primeras del mundo. ¿Es culpa de la incapacidad de estas para innovar y de sus dirigentes de poner en marcha los mecanismos necesarios para que funcionen?

¿No somos capaces de crear entidades educativas que funcionen de forma competitiva? ¿Cambiar las reformas de educación con cada Gobierno nos está hundiendo? La realidad dice que los españoles sí pueden liderar en el mundo de la educación, pero tienen que querer ser líderes. Y para ello se necesitan muchos cambios.

A diferencia de las universidades, varias escuelas de negocios de nuestro país llevan años sobresaliendo en todas las clasificaciones internacionales importantes de programas máster, en especial de MBA ('Master in Business Administration' o Máster en Dirección de Empresas).

Siendo el publicado por 'The New York Times' un ranking elaborado con las opiniones de directivos de empresas de todo el mundo, no parece casualidad que las tres instituciones que aparecen en él de forma más destacada, IE University, Universidad de Navarra y Universidad Ramon Llull, cuenten con tres escuelas de negocios muy reconocidas en todo el mundo, como son, respectivamente Instituto de Empresa, IESE y Esade.Las universidades públicas no pelean por tener alumnos

Las escuelas de negocios, generalmente privadas, se han desarrollado en un sector casi sin regular por lo que han respondido a sus propias necesidades y objetivos. Están obligadas a competir para atraer alumnos, puesto que no los tienen asegurados como las universidades públicas, que son las que dominan el sistema universitario español. No les queda más remedio que mejorar año a año para no quedarse atrás y tienen toda la autonomía para tomar sus propias decisiones estratégicas, mientras que las universidades públicas no la tienen.La endogamia de la universidad es un lastre

Además, sus directivos y decanos son generalmente ejecutivos, mientras que los rectores y decanos de las universidades son políticos o docentes, y elegidos por su propio mundo universitario, generalmente endogámico.Se reciben recursos sin presentar resultados

Éstos últimos no son nombrados y evaluados por órganos de gobierno que les puedan pedir cuentas. El hecho de que catedráticos y profesores titulares tengan asegurado sus plazas de por vida tampoco deja margen a la innovación, a la movilización, señalan algunos expertos.

Y la financiación pública de estas instituciones académicas, hasta ahora, no ha estado muy ligada a sus resultados. Las universidades necesitan el apoyo institucional, pero éste debería servir como base para lograr un apoyo privado extra que facilitase mayores recursos, capacidad investigadora, instalaciones, incorporación de los mejores docentes, políticas de atracción de estudiantes internacionales, etcétera.Las universidades no están orientadas a la empleabilidad

Tampoco hay que olvidar la conexión con el mundo empresarial. En las escuelas de negocios lo que no funciona se elimina, están más orientadas a la empleabilidad de sus alumnos y tienen más en cuenta en su formación la inteligencia emocional y la importancia de las relaciones sociales en el ámbito profesional.

La metodología es más participativa, aplicable y crítica en los centros de formación de ejecutivos, que se orientan a generar competencias e investigación aplicada, mientras que las universidades suelen limitarse a la transmisión de conocimientos en la mayor parte de las titulaciones.

Si se quiere, se puede

George Mason University, una institución pública muy cercana a la capital federal Washington DC, ocupó la primera posición hace cinco años en un ránking de universidades jóvenes y emergentes estadounidenses, elaborado por la prestigiosa publicación US News & World Report. Esta clasificación la considera la universidad más prometedora y con mayor crecimiento de la primera potencia del mundo en materia de educación superior. ¿Saben quién ha sido el cerebro de esa universidad? El madrileño Ángel Cabrera.

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