Ahora que Donald Trump ha sido elegido presidente de los Estados Unidos, su principal residencia -la Trump Tower, situada en la Quinta Avenida de Nueva York- se ha convertido en uno de los lugares más seguros del país, ya de por sí blindado.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ha incorporado algunas nuevas reglas respecto al espacio aéreo de la ciudad de Nueva York con la intención de protegerla contra posibles actos de terrorismo utilizando un avión, como ocurrió el 11S.
La agencia emitió una orden en la que prohibía a los pilotos volar dentro de un perímetro de unos cuatro kilómetros -dos millas náuticas- partiendo del punto geográfico situado a 40º45'54 "norte, 73º58'25" oeste. Punto concreto en el que se sitúa la esquina sureste de Central Park, a cuatro manzanas al norte de la Trump Tower.
La directiva se aprobó la noche de las elecciones pero ahora las restricciones se aplicarán hasta el 21 de enero de 2017, un día después de la llegada de Trump a la Casa Blanca. Después de ese día, el republicano estará bien protegido en su nueva residencia. También la residencia en Indiana de Mike Pence, vicepresidente electo de Estados Unidos, cuenta desde hoy con una restricción del espacio aéreo.
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