Ángel María Villar no es Paesa: un buen corrupto tiene la habilidad de esfumarse

  • Villar no quería financiar con dinero público la Federación. ¿Un liberalismo elogiable? Más bien, lo que querían sus dirigentes es evitar dar explicaciones.

    Lo de la falta de discreción es clave en el descubrimiento de la corrupción. Ya se sabe al corrupto no se le pilla por corrupto, sino por inútil.

    Te interesa leer: Villar, el eterno mandamás del fútbol

TI-España denuncia que la RFEF rechaza las subvenciones que le corresponden para no atenerse a la Ley de Transparencia
TI-España denuncia que la RFEF rechaza las subvenciones que le corresponden para no atenerse a la Ley de Transparencia
EUROPA PRESS
José Ramón Pin

A la vista de los acontecimientos, la corrupción del fútbol nacional puede ser un juego de niños al lado de los partidos internacionales. Parece que, con estos últimos, los dirigentes de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tenían una “merienda de negros” con chocolate y picatostes que se repartían amigablemente. Eso sí con discreción, aunque no tanta que la fiscalía anticorrupción no empezara a sospechar y reunir pruebas.

Lo de la falta de discreción es clave en el descubrimiento de la corrupción. Ya se sabe, al corrupto no se le pilla por corrupto, sino por inútil. El buen corrupto tiene entre otras cosas la habilidad de desaparecer. Eso da la impresión que ocurrió con Paesa, “el hombre de las mil caras”, el espía-estafador español que hay quien sostiene que anda vivito y coleando como insinúa el film de ficción que resume su trayectoria y relaciones con el director general de la Guardia Civil, el Sr. Roldán.

Vivito y coleando con los dineros de todos, con una muerte que se sospecha simulada. Pero salvo casos muy excepcionales, lo normal es que siempre se cometan pequeños o grandes errores que dan al traste con la opacidad de la operación. Además, los casos como el de Paesa, que los anales mundiales recogen en un reducido ranking de éxitos, donde los corruptos salieron ilesos, tienen por común que se estafa a un estafador.

Eso es lo que parece que no ha ocurrido al Sr. Villar y sus partidos internacionales. Los errores en la discreción han dado pie a la sospecha de la fiscalía de que, valiéndose de un entramado de las clásicas sociedades en lugares denominados “paraísos fiscales”, algunos dirigentes de la Federación sacaban pingües beneficios que se repartían entre ellos. Claro está que con opacidad fiscal, que es por donde empezarán a meter el dedo en el ojo de los dirigentes futboleros los agentes de la justicia. Se les acusa, entre otras cosas, de organización para delinquir y corrupción entre particulares. O sea, de quedarse con el dinero de la Federación en beneficio propio.

Me dijeron que Villar no quería financiar con dinero público la Federación. Parecía que, como excepción, una organización española sin ánimo de lucro, renunciaba al dinero de los contribuyentes ¿Un liberalismo elogiable? Aunque más bien, lo que querían sus dirigentes es evitar dar explicaciones de los dineros de sus afiliados organización para no tener que responder ante el Tribunal de Cuentas, evitando que nadie metiese las narices en los dineros de la “casa del fútbol”. Es decir, supuestamente no se trata de un liberal que cree que la sociedad debe depender lo mínimo posible del Estado, sino de evitar que el Estado actúe a favor del bien común.

Después de lo que se sospecha, no es nada raro que Villar resultase invencible en las votaciones internas de la Federación. En colectivos tan reducidos todos se conocen y los “favores mutuos” se retribuyen. Villar era imbatible, el abanderado del fútbol español.

Villar puede pasar de eso a villano, si todo lo que le achaca la fiscalía es cierto. De todopoderoso señor del fútbol nacional a ser despreciado públicamente. No se lo que decidirán los jueces, cuando la lenta maquinaria de la justicia española acuerde; pero si sé que Villar ya es un villano a los ojos de la población. Definitivamente Vilar no parece que vaya a ser Paesa. Si acaba siendo inocente porque Paesa no lo fue; y si fuera culpable, porque el espía desapareció en la bruma de la intriga y la niebla de París mientras Villar es imposible que desaparezca; es demasiado conocido, no hay discreción posible.

Mostrar comentarios