La cúpula de Bidart 25 años después: El expulsado, el arrepentido y el ortodoxo

  • José Luís Álvarez Santacristina renegó de 'Txelis', se arrepintió de sus crímenes, abrazó la fe católica, pidió perdón a las víctimas y hoy está plenamente reinsertado a través de la denominada 'vía Nanclares'.

    'Pakito', el otrora jefe militar, criticó la continuidad del terrorismo y en 2.005 fue expulsado de ETA, pero sigue entre rejas en Zuera (Zaragoza). 'Fitipaldi' mantiene la ortodoxia de la banda y aún le queda una larga condena que cumple en Villena (Alicante) 

Txelis, Fiti y Pakito
Txelis, Fiti y Pakito
Bárbara Barón e Iñaki Etxarri

25 años después, de los tres detenidos en Bidart, los que formaban parte del colectivo 'Artapalo', la cúpula de ETA, los máximos responsables de los aparatos político, militar y logístico, Txelis, arrepentido de sus crímenes y convertido al catolicismo, está en libertad; Pakito, el jefe militar, sigue en la cárcel, pero expulsado de ETA en 2005 al renegar de la lucha armada y pedir el fin de las acciones terroristas y Arregi Erostarbe, Fiti, también continúa entre rejas y continúa fiel a la ortodoxia etarra.Francisco Mujika Garmendia, 'Pakito'

(Ordizia, Gipuzkoa, 19-11-1953)

Ingresó en ETA durante la adolescencia, ocupándose inicialmente de tareas no armadas como contabilidad o contactos externos. En 1974 ingresó en el comité ejecutivo de ETA pm y un año más tarde en los llamados comandos bereziak (especiales), encargados de las acciones militares más relevantes.

Se le acusa de la desaparición (y previsible asesinato) del dirigente de ETA pm Eduardo Moreno Bergaretxe, Pertur, conocido por sus posiciones críticas y que fue visto por última vez en el País Vasco Francés el 23 de julio de 1976 en compañía de Pakito y otro miembro de la organización, Miguel Ángel Apalategi, Apala. En aquellos momentos ETA pm estaba negociando con el gobierno español de Adolfo Suárez el abandono de la lucha armada y la reinserción de sus militantes, a lo que se oponían en general los bereziak, partidarios de la integración en ETA Militar (ETAm), la otra rama de la organización dividida, que daría lugar a la actual ETA. Tanto Pakito y Apala como los dirigentes de ETA m han negado siempre su implicación en la desaparición de Pertur, que atribuyen a un episodio de guerra sucia orquestada por el gobierno español.

En 1977, Pakito se integra en ETA m, participando, dentro del comando Zaharra, en el secuestro y asesinato del industrial Javier Ybarra. Ese mismo año Pakito obtuvo el estatus de refugiado político en Francia, con residencia legal en Hendaya, que perdió en 1983, momento a partir del cual tuvo que permanecer en el País Vasco Francés clandestinamente. En 1984 las autoridades francesas le incluyen en una orden de expulsión emitida el 9 de enero.

Entra a formar parte de la dirección de ETA en 1985 tras la detención de Eugenio Etxebeste, Antxon (procedente también de los bereziak de ETA pm). La deportación y posterior muerte accidental en Argelia del histórico Txomin Iturbe Abásolo deja al frente de la organización a una troika llamada Artapalo de la que Pakito es uno de sus miembros, el encargado del aparato militar.

Durante mucho tiempo la policía española pensó que Artapalo era solo Francisco Mujika, razón por la cual aparece citado con este apodo en muchos documentos. Artapalo se hace con el control absoluto de la organización tras la detención, en los dos años siguientes, de otro par de dirigentes históricos, Santiago Arrospide Sarasola, Santi Potros y Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera.

Un año después de su detención, el 29 de marzo de 1992 se inicia en el Tribunal Correccional de París el juicio contra él y otros miembros del comando itinerante, que será suspendido varias veces. El 19 de junio de 1997 es condenado junto a Txelis y Fitipaldi a diez años de cárcel por "asociación de malhechores con fines terroristas y tenencia ilícita de armas". Entretanto, las autoridades españolas presentaron una veintena de solicitudes de extradición.

La extradición a España se produjo finalmente el 8 de febrero de 2003 tras una reunión entre el presidente del gobierno español, José María Aznar y el presidente francés Jacques Chirac, en la que según algunas fuentes se decidió el intercambio de detenidos etarras por concesiones españolas a empresas francesas. Pakito ingresó en la prisión madrileña de Soto del Real.

El 2 de junio de 2.003, la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a 2.354 años de cárcel cada uno a Pakito y a Joseba Arregi Erostarbe, Fitipaldi, por el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza, perpetrado en 1987.

En agosto de 2.004 Pakito y otros cinco etarras presos enviaron una carta a la dirección de ETA en la que solicitaban el final de la lucha armada por considerarla imposible de mantener en las actuales circunstancias y contraproducente para los objetivos de la organización, y abogaban por vías pacíficas basadas en la participación institucional y la movilización social.

La carta fue filtrada a la prensa en noviembre del mismo año, y la respuesta de ETA se produjo en julio de 2005, expulsando de la organización a los firmantes de la misma.

Mujika Garmendia ha reiterado en varias ocasiones desde entonces su oposición a la lucha armada, pero continúa preso en la cárcel de Zuera (Zaragoza). 

Recientemente, en mayo de 2015 en decisión que este mismo año 2017 ha sido ratificada por le Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, el Tribunal Supremo ha anulado la reducción de pena por acumulación de condenas que la Audiencia Nacional decidió para el ex dirigente de ETA, que tendrá que cumplir 30 años en prisión. 

La fiscalía recurrió ante el Supremo la reducción del tiempo efectivo que debían pasar en prisión cuatro históricos miembros de la organización armada, entre ellos Mujika Garmendia. Aquella reducción de pena había sido adoptada por la sección primera de la Audiencia Nacional en aplicación de una normativa europea sobre acumulación de las penas cumplidas en cárceles del Estado francés.

Mujika Garmendia cumplió desde 1992 hasta el 2003 pena en Francia y solicitó que se le acumulara esa condena al cumplimiento máximo que ha recaído sobre él, treinta años, de modo que se restara casi una década al tiempo efectivo que debía permanecer en prisión. Si no cambian las cosas, Pakito no saldrá de la cárcel hasta más allá del año 2030.José Luis Álvarez Santacristina, Txelis 

(San Sebastián, 1954)

"Dios sabe que estoy arrepentido". El cambio radical del ex jefe político de ETA, José Luis Álvarez Santacristina, tuvo como desencadenante un inopinado  "encuentro con Dios", según sus propias palabras. 

El ex dirigente etarra es el máximo exponente de los terroristas reinsertado a través de la denominada 'vía Nanclares'.

La lectura del Nuevo Testamento y el acompañamiento de un sacerdote, le acercaron “la gracia de poder comenzar a reconducir mi vida por la senda del Evangelio”. Y también la de poder llorar en la soledad de su celda, por reconocer sus muchas culpas, en busca del perdón de Dios, de sus víctimas y de sí mismo.

Durante los 23 años que pasó entre rejas, Txelis estudió Filosofía, Psicología, Teología, Letras Modernas y Empresariales, y emprendió “un largo recorrido de conversión y arrepenti­miento”. “Mi historia –dice– es la de una gracia concreta y palpable, porque la fe me enfrentó a cosas peores que el miedo a un supuesto infierno: dar un sí definitivo a la fe de Jesús de Nazaret me suponía arrepentirme hasta la médula de los actos a los que pude contribuir en mi época de militancia en ETA, a rechazar la violencia y a decirlo claramente”.

Álvarez Santacristina está en libertad condicional y trabaja en un centro educativo del País Vasco, donde ayuda a menores con dificultades. El otrora sanguinario Txelis, difícil de reconocer en el actual José Luis, ha hecho llegar sus reflexiones sobre el perdón, que él mismo ha puesto en práctica con los familiares de sus víctimas y que pueden aplicarse en casi cualquier situación.

Su mejor aval, en sus palabras, es el siguiente: “Soy consciente de la responsabilidad moral que conlleva haber sido durante años militante de ETA; Dios es testigo de que estoy profunda y sinceramente arrepentido”.En agosto de 2015, la Audiencia Nacional concedió la libertad condicionalJosé Luis Álvarez Santacristina, que fue expulsado de la banda, tras cumplir las tres cuarta partes de su condena, haber pedido perdón a las víctimas y haber reconocido el daño causado cuando estaba en ETA. El juez central de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, adoptó esta decisión en un auto, contra el que cabe recurso, a propuesta de la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de San Sebastián y con el visto bueno de la Fiscalía.En su auto, Castro recordaba que "Txelis", que también "ha mostrado su voluntad de colaborar con la Justicia", ha manifestado "de forma expresa" su renuncia a la violencia y el abandono de la banda terrorista ETA, de la que fue expulsado, además de haber pedido "de forma pública y privada" perdón a las víctimas "directas e indirectas de su actividad delictiva". "Txelis" cumplía condena en España tras ser extraditado en 1999 desde Francia; en diciembre de 2014 cumplió las tres cuartas partes de los 30 años de cumplimiento máximo de pena; tras serle concedido el tercer grado, su licenciamiento definitivo estaba previsto para diciembre de 2019.De hecho, se comprometió a hacer frente "en la medida de sus posibilidades" a la responsabilidad civil derivada de sus acciones terroristas  con una cantidad "acorde con los ingresos que recibe y que determina una voluntad de asumir el cumplimiento de dicha obligación", indicaba el juez. La cúpula etarra anunció la expulsión de "Txelis" de la organización terrorista en 1998 cuando, después del asesinato del concejal del PP, Miguel Ángel Blanco, manifestó: "La lucha armada de ETA está conociendo como nunca el desprestigio político y social".Previamente, "tras un proceso de conversión religiosa, sorprendió a la dirección de ETA a principios de 1993 con un documento en el que pedía el abandono de las armas", rememoraba Castro en su auto. Por tanto, "su desvinculación de la banda terrorista es total y manifiesta, no acatando ninguna de las directrices e incluso criticándolas cuando tiene ocasión" y, cuando ha habido algún atentado terrorista de ETA, "se ha dirigido a los funcionarios manifestando su pesar y disculpándose".José María Arregi Erostarbe, Fiti

(Oñati, Gipuzkoa, 27 de marzo de 1946)

Fitipaldi se encuentra en el otro otro extremo donde se sitúa Txelis. Purga su pena en la cárcel de Villena (Alicante) y ha seguido hasta hoy las consignas de ETA para las cárceles, no ha mostrado arrepentimiento ni ha expresado crítica alguna a la lucha armada. Aún así, los funcionarios perciben cansancio en su militancia, el mismo que detectan en otros muchos con largas condenas y dentro de la 'ortodoxia'

Desde su extradición a España ha tenido que hacer frente a varios juicios por los que acumula decenas de años de condena. Por ejemplo, en septiembre de 2007, la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le condenó a 26 años y 8 meses de prisión por el envío en abril de 1990 de un paquete bomba al despacho del comisario general de la Expo 92, Manuel Olivencia. No saldrá de la cárcel hasta bien entrada la década de los 30, ya con más de 80 años.

Mostrar comentarios