¿Por qué el CIE de Aluche es conocido como el “Guantánamo español”?

  • La autora del informe sobre los CIES, María Concepción Molina, señala que "es comprensible lo que ha pasado en el CIE de Aluche porque son tratados como delincuentes sin haber cometido un delito”. 

    Entre otras cosas, este centro no dispone de una asistencia sanitaria permanente, además, su prestación es muy básica.

ONG especialistas en el CIE de Aluche claman en apoyo a los internos: "Están encerrados sin cometer ningún delito"
ONG especialistas en el CIE de Aluche claman en apoyo a los internos: "Están encerrados sin cometer ningún delito"
EUROPA PRESS

El “Guantánamo español”. Con este nombre califican al CIE de Aluche (Madrid) varias organizaciones de derechos humanos. La precaria situación del centro y el trato que se da a los inmigrantes que están allí han provocado que sea conocido de esta manera. Es más, en el informe realizado por ICADE sobre estos centros, utilizan este mismo calificativo para este Centro de Internamiento de Extranjeros

El CIE de Aluche sustituyó al existente hasta 2005 en el barrio madrileño de Moratalaz. A pesar de tener algo más de 10 años de funcionamiento varias fuentes lo asemejan con una cárcel. En el informe de ICADE justifican su parecido con los centro penitenciarios de esta manera: “No sólo por la privación de libertad a la que se ven sometidos los internos, la estructura modular de sus instalaciones, el alojamiento en “celdas” cerradas, o los férreos controles de vigilancia, sino por las condiciones en las que se produce el internamiento que redundan en sistemáticas y flagrantes violaciones de los derechos de los internos”.

Una de sus autoras, María Concepción Molina Blázquez profesora de ICADE, destaca que las condiciones de estos centros son peores que las de muchas prisiones españolas: “Es más, el CIE de Aluche es realmente la antigua cárcel de Carabanchel. Las prisiones, por ejemplo, tienen actividades lúdicas, algunas tienen piscinas, los CIES no tienen nada parecido a eso. Lo peor de todo es que la gente que vive en estos centro no ha cometido nada ilícito”.

Las habitaciones, cuyas dimensiones oscilan, según el módulo y planta, entre los 21 y 40 m2, disponen de uno o dos lavabos en su interior y un mínimo mobiliario (baldas metálicas) para ropas y pertenencias. Si bien las habitaciones carecían inicialmente de inodoro (denunciándose, incluso, situaciones de impedimento de acceso a los baños por la noche), según se pone de manifiesto en el informe anual del Defensor del Pueblo correspondiente al año 2013, en dicho año se habrían efectuado las reformas necesarias para que todas las habitaciones contaran con lavabo e inodoro en su interior.

Desde el informe se señala que no existe una asistencia sanitaria permanente. Tampoco se han establecido los conciertos necesarios para garantizar una asistencia especializada adecuada, incluyendo la asistencia psicológica, psiquiátrica y bucodental. No existe un registro de demandas de asistencia sanitaria y de las citas programadas por los servicios sanitarios.

María Concepción Molina apunta que el CIE de Aluche es uno de los más numeroso de España solo superado por el de Algeciras y Barcelona. “La situación que viven las personas que están dentro de los CIES no es muy buena. Es comprensible lo que ha pasado esta martes (unos 39 inmigrante se han amotinado en el centro) porque allí son tratados como delincuentes y están privados de libertad sin haber cometido un delito”, apunta.¿Quiénes van a los CIES?

“A los CIES van las mujeres y los hombres que están en España en una situación irregular. Los menores no son enviados a los CIES pero a veces no se sabe la edad que tienen y ellos no lo comunican por lo que es muy difícil detectarlos. Es verdad que en este caso debería haber un mecanismo que ayudara a detectarlos”, destaca la autora del informe.

Los CIES son criticados, principalmente por privar de libertad a los inmigrantes. “Muchas ONGs piden que los CIES sean utilizados como última instancia. Deberían arbitrarse mecanismos menos lesivos para los derechos humanos. Hay que tener en cuenta que estas personas pasan entre 24 y 40 días encerrados y luego son puestos en libertad como si nada”.

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