Chacón, el 'corazón valiente' que luchó hasta el final contra su enfermedad

  • Su corazón registraba 35 pulsaciones por minuto y llevaba un marcapasos, víctima de una enfermedad congénita. Los médicos le habían pronosticado pocos meses de vida, pero tuvo una infancia feliz y llegó a jugar al baloncesto hasta los 23 años.

    Amaba la maternidad, la política y su profesión de abogada. Con una personalidad avasallante, llegó a viajar embarazada de siete meses a Afganistán, donde vio la muerte de cerca. Y eso la marcó para siempre.  

Chacón, sonriente, siempre luchó con entereza contra su enfermedad.
Chacón, sonriente, siempre luchó con entereza contra su enfermedad.
Diego Caldentey
Diego Caldentey

En pleno invierno de 2011, Carme Chacón se pronunció en público contra la enfermedad cardíaca que padecía. "Tengo un ventrículo obturado en un corazón que está al revés, pero hago una vida totalmente normal", dijo al participar de una campaña informativa en la que se sensibilizaba a la sociedad sobre la cardiopatía congénita.

Cuarenta años atrás, al nacer, los médicos le habían dicho a su madre (que la tuvo con apenas 18 años) que Carme padecía el 'Síndrome del corazón invertido', una enfermedad cardíaca congénita consistente en una trasposición de grandes vasos.

El pronóstico de los profesionales fue demoledor: Chacón no iba a sobrevivir más que un par de meses a aquella terrible afección. Sin embargo, la pequeña fue creciendo de manera confortable en su hogar familiar de Esplugues de Llobregat, Barcelona.

Disfrutó de una infancia feliz, aunque siempre estuvo sujeta a controles y revisiones médicas y debió llevar un ritmo tranquilo de vida. Gracias a los avances médicos y, principalmente, a su fuerza de voluntad y determinación, hasta llegó a practicar una de sus grandes pasiones deportivas: el baloncesto. Jugó a este deporte hasta los 23 años.

A la hora de referirse a su afección cardíaca, decía: "Tengo 35 pulsaciones por minuto, el corazón al revés, un bloqueo auricular y ventricular completo. Desde muy niña me advirtieron que debería llevar un marcapasos y una vida muy tranquila".

Pero su personalidad no le permitía bajar los brazos nunca. De todas formas, no se consideraba una rebelde, pero sí alguien con un espíritu incansable: "Muchas de las cosas que hago tienen que ver con esa sensación de privilegio que es poder vivir y que tan a menudo olvidamos. Yo me repetía que podía, y mis padres nunca me trataron como a una niña enferma a pesar de su sufrimiento. Ahora que soy madre comprendo a mi madre mucho mejor. Yo soy una privilegiada si me comparo con ella y con mi abuela", afirmó en una entrevista.

Uno de los objetivos prioritarios de la ex ministra de Defensa socialista, una vez que se retiró de la política, fue concienciar a la población sobre la cardiopatía congénita que padecía. En noviembre pasado, Chacón participó en Valencia en el primer Congreso Nacional de la Asociación Española contra la Muerte Súbita (AEMS).

Ella decía que su enfermedad no podía frenarla ante lo que definía como las pasiones de su vida. Su hijo Miquel, de 9 años, estaba en el primer lugar de sus prioridades. Y también su pasión por la abogacía. Hasta esta misma semana, Chacón había ejercido su profesión en el bufete Ramón y Cajal Abogados, del que era socia 'of counsel'.La muerte, de cerca

Una vez reconoció que presenció de cerca la muerte, lo que la marcó para siempre. Había ido a buscar el cuerpo de un soldado muerto después de que un blindado español pisara una mina en Afganistán, cuando era ministra de Defensa. La situación la desbordó: "Me hizo temer mucho por mi hijo, sentía esa sensación de que si él se va yo me voy detrás", dijo después a sus allegados.

El pasado año, alguien le preguntó en un acto público cómo sobrellavaba su enfermedad. Ella, con serenidad, respondió que trataba de vivir con equilibrio su vida. No ocultaba que su corazón registraba 35 latidos por minuto, que llevaba un marcapasos, pero también aceptaba los desafíos.

Era la misma que con esa personalidad fuerte llegó a viajar a Afganistán, embarazada de siete meses y con su cardiopatía a cuestas. Mientras desempeñaba su cargo como ministra de Defensa, se propuso viajar al país en guerra porque "muchos soldados pensaban que yo no podría hacer lo mismo que un hombre, y quise demostrar que embarazadas o no, podemos. Fui a Afganistán 18 veces".

Carme siempre confesaba que no tenía creencias espirituales ni religiosas. "Creo en el ser humano, en su capacidad de ser crítico y cambiar las cosas", llegó a admitir en una entrevista concedida a La Vanguardia.

"Lucho todos los días por ver a una persona que sonríe y que es feliz", confesó hace menos de dos años. En su filosofía de vida, pensaba que "cada derrota que no doy por perdida es un triunfo de mañana".

El 'corazón valiente' de Chacón finalmente se detuvo en la madrugada de este domingo. Quedará para siempre en el recuerdo la mujer, la madre, la política, la profesional y la aguerrida personalidad que jamás bajó los brazos ante la adversidad.

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