Ciudad o campo. Ricos y pobres. Derecha o izquierda. Monárquicos o republicanos. Siempre ha hablado de las dos Españas, dos visiones enfrentadas de ver la vida que han dividido históricamente a los ciudadanos. Este martes, en la VI Conferencia de Presidentes autonómicos, esas dos formas de entender la realidad han quedado evidenciadas aún más si cabe.
En el Palacio del Senado ha sido en esta ocasión el escenario de la contienda, con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, como moderadores y objetivo de las demandas. En total 15 presidentes autonómicos y los dos presidentes de las ciudades autónomas han expresado al Gobierno central lo que quieren para sus territorios en materia de financiación. Un sudoku de difícil solución.
Hay dos Españas en materia poblacional. Rajoy ha reconocido un problema demográfico. El 62% del territorio nacional concentra el 25% de la población, situación de la que se quejan Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y La Rioja. Ello son la España despoblada con apenas 37 habitantes por metro cuadrado. Quieren una mejor financiación porque, por ejemplo, enviar una ambulancia a un pueblo de Soria es más caro que hacerlo en Madrid.
En el lado contrario se sitúa la España poblada, la del corredor Mediterráneo. Allí se concentran el 64% de los españoles, pese a que es un tercio del territorio. Lo que piden estas regiones, como la Comunidad Valenciana y Baleares, es que su población merece un ajuste de la financiación autonómica. Es lo que se llama principio de ordinalidad fiscal.
También hay otras regiones con un régimen fiscal privilegiado. Son País Vasco (que no ha acudido a la Conferencia de Presidentes), Navarra, Canarias, Ceuta y Melilla. Lo de Cataluña, con su referéndum, es una cuestión aparte y que Moncloa ya está negociando directamente con la Generalitat.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha explicado que el PIB se recuperará en el primer semestre del año a niveles anteriores a la crisis, pero ha advertido a las comunidades autónomas de que la recaudación sigue estando 20.000 millones por debajo del año 2007, en el que comenzó la recesión económica.
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