Miguel Álvarez Garneria, un arquitecto de 49 años, encontró la muerte el pasado ocho de septiembre por la noche cuando volvía de correr en la carretera que une Alfafar y El Saler. Fue arrollado y el golpe resultó mortal.
Su viuda, Amparo Luz Monzó no quiere que su nombre se quede solo en el titular de un suceso, en una estadística y hoy, que hubiera cumplido 50 años, le ha escrito una carta en el periódico Levante-EMV.
Amparo cuenta que le tenía preparada una fiesta sorpresa a la que acudirían "todos los que te queremos: tus hijos, hermanos y sobrinos..."
Una golpe que resultó fatal hizo que no volviera. Salió para entrenar porque quería correr su primera maraton. "Yo te decía que no tenías que demostrar nada a nadie, y mi corazón sabía que era tu manera de demostrarnos a todos que por fin estabas fuerte (...) Dispuesto a llegar a la meta. Y te encontraste con la muerte".
"Olvidamos con frecuencia que no controlamos nada, que sólo somos dueños del presente y muchas veces ni siquiera de éste. Se nos olvida, que la vida es más grande que nosotros y ese día, te tocaba"..., continúa.
Y tras decenas de halagos hacia su marido (padre extraordinario, leal, sincero, inteligente...) Amparo concluye: "Cuando pase esta pesadilla de dolor y locura podré decirte con calma: Gracias Miguel".
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