Ley del Referéndum independentista, ¿por qué es una tomadura de pelo?

  • ¿Por qué les da tanto miedo fijar un mínimo? Está claro que los partidos que están detrás de esta movida no quieren que se repita lo que sucedió en 2014.

    Supongamos que la mayoría vote ‘no’ al referéndum. Entonces se convocarían elecciones al parlamento de Cataluña.

Junqueras afirma que el Estado está "obligado" a aceptar el referéndum
Junqueras afirma que el Estado está "obligado" a aceptar el referéndum
EUROPA PRESS

Pocas veces en la historia se ha tomado el pelo con tanta evidencia a toda una comunidad. Dos partidos independentistas, Junts pel Sí, y la Cup, han presentado en el parlamento catalán el borrador de la Ley del Referéndum de Autodeterminación (pinchar aquí).

En el texto se dice lo siguiente: “Si el recuento de los votos válidamente emitidos da como resultado que hay más de afirmativos que negativos, implica la independencia de Cataluña”.

Es decir, si el 1 de octubre próximo, solo acuden tres personas a votar, basta que dos digan que sí, para que se declare la independencia para seis millones de personas, lo cual afectaría a 46 millones de españoles, y tendría impacto en 500 millones de europeos de la UE.

Por supuesto que votarán más de uno. Se supone que ahora el gobierno catalán deberá decir cuál es el mínimo de participación para no hacer el ridículo. ¿Por qué les da tanto miedo fijar un mínimo? Está claro que los partidos que están detrás de esta movida no quieren que se repita lo que sucedió en 2014. En aquella ocasión se realizó un ‘simulacro’ de referéndum.

La mayoría de los 6,2 millones de electores potenciales no fue a votar. Lo ignoró. Pero la Generalitat estaba contentísima porque de los 2,3 millones que fueron a votar, 1,8 millones dijo sí. Como era un referéndum sin garantías electorales, todo quedó en una pantomima. Se puede repetir lo mismo que en 2014 e incluso peor.

Según las encuestas, los partidarios del ‘no’ a la independencia ya superan a los partidarios del ‘sí’. Lo que pasa es que esos que no quieren la independencia jamás irán a votar en este nuevo simulacro. De modo que ganará el ‘sí’ aunque sean cuatro gatos.

Más cosas. Uno de los principios jurídicos de toda comunidad es establecer de qué poder emanan las leyes. Para muchos solo es un juego de palabras, pero ese juego de palabras es necesario para fundamentar las leyes de un pueblo. La Constitución española ya dice de dónde emana el poder: del pueblo español.

Pues bien, con este borrador (por ahora) de referéndum de autodeterminación, se establece que “el pueblo de Cataluña es un sujeto político soberano y como tal ejerce el derecho a decidir libre y democráticamente, su condición política”.

Sin embargo, ese mismo pueblo votó mayoritariamente y de forma soberana en 1978 la Constitución española, y como tal, no tiene sentido que tenga dos soberanías… salvo que se cambiase la Constitución.

En tercer lugar, este borrador especifica por arte de magia que esta ley, en caso de aprobarse, “prevalece jerárquicamente sobre todas aquellas normas que puedan entrar en conflicto”. Es decir, que si esta ley es refrendada por una minoría escasa de personas, prevalecería sobre cualquier norma del pasado, sin importar su gravedad y su peso sobre la comunidad. Sigamos.

Supongamos que la mayoría vote ‘no’ al referéndum. Entonces se convocarían elecciones al parlamento de Cataluña. Las elecciones regionales están dentro de lo previsible en un estado de derecho, pero recordemos que eso no significa que se haya cerrado el asunto independentista. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha dicho en varias ocasiones que si no logran obtener una mayoría de ‘sí’ en este referéndum, lo intentarán una y otra vez hasta lograrlo.

No sabemos qué tipo de ‘garantías’ esperan crear esta vez los partidos independentistas para dar legitimidad a un referéndum ilegal, pero tal y como están planteadas las condiciones, lo más seguro es que gane el ‘sí’. Y tal como establece el borrador, dos días después del referéndum, declararan la independencia de la república catalana.

A partir de ahí, no sabremos si reír o ‘esperar acontecimientos’. No ha sido por causalidad, que hoy la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, haya enviado el siguiente mensaje en un acto para conmemorar el 40 aniversario del Ministerio. Ha dicho que las Fuerzas Armadas están para “proteger los valores de la democracia y de la Constitución, pero también la integridad y soberanía de España”. Más claro, imposible.

Creo que es la primera vez que un alto cargo del Ministerio (no un coronel suelto por ahí en una charla en un colegio mayor), dice que el Ejército intervendrá si los independentistas siguen tocando la misma música. Estamos en julio. Si pensaban que estábamos pasando un verano caliente, aguarden al otoño.

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