Patxi López mueve ficha para forzar una candidatura de consenso con Susana Díaz

Patxi lópez
Patxi lópez
José Luis Roig
José Luis Roig

Si lo llamo por su nombre real: Francisco Javier López Álvarez, no lo conoce ni su vecina del quinto. Si lo llamo por su nombre político-artístico: Patxi López, lo conoce hasta Gabriel Rufián. Patxi López, a la desazón político socialista de rompe y rasga, ha demostrado de nuevo su gran capacidad para rebañar oportunidades remotas.

Mostró su gran pericia trilera en 2009 cuando, en contra de lo prometido por él mismo en la campaña electoral en el País Vasco, pactó con el PP para convertirse en lehendakari. Ahora reniega del PP (“Fue un error abstenerse para darle el Gobierno a Rajoy”) y rechaza todo lo que huele a pacto con el partido que le elevó a los altares. A él si debieron apoyarle en su momento, pero ahora su juego ha sido “No es no”, hasta que le convino abstenerse para luego poder seguir medrando. En 2015 también se aprovechó de la débil coyuntura política de su partido para hacerse con el puesto de presidente del Congreso, con el visto bueno del PSOE de Sánchez y el apoyo de Ciudadanos.

Pero Patxi es mucho Patxi, y esto de tocar tanto poder sin merecerlo le ha abierto el apetito de los cargos, y ahora ha decidido presentar su candidatura en el próximo congreso del PSOE, adelantándose a todos, incluido a Pedro Sánchez: “He sido leal a Sánchez y ahora soy leal a un proyecto en el que creo”. Sobre todo si el proyecto lo apaño yo, esto último es un añadido mío, para que no haya dudas.

Aprovechando que Pedro Sánchez está buscando apoyos en los picos de Europa, Patxi ha decidido postularse para liderar el PSOE, una decisión que suena como mínimo “a quién hay que traicionar que yo me apunto”. Tanto éxito por encima de sus posibilidades hace que ex lehendakari López quiera seguir jugando a la ruleta rusa de la fortuna política.

Siento ser tan claro, pero Patxi López no es el futuro del PSOE. Quizá los otros candidatos sean peores que él, pero no tienen detrás un pasado tan poco leal. Quizá Susana Díaz no sea el mirlo blanco que el socialismo español precisa, pero al menos posee una mayor entereza para aglutinar a todas las familias del partido, sin causar tanta desazón.

Patxi aprovecha la coyuntura del caos socialista para lanzar su caña e intentar pescar en este río revuelto. Con su candidatura súbita limita la acción del otrora compañero Pedro Sánchez, ocupando el espacio que él pretende, y sin darle ocasión para la sorpresa. Bien es cierto que Sánchez es un cadáver político desde el mismo día que dimitió, pero al menos deberían guardar las formas los que estuvieron a su lado.

Lo que sucede es que Patxi López sabe que le candidata mejor posicionada es Susana Díaz, aunque de momento la reina del Sur juegue al despiste, pero conoce bien sus debilidades, y en un momento de necesidad podrá pactar con ella para dejar de lado la lucha fratricida y, a cambio de un carguito o cargazo, conseguir una candidatura de consenso. El señor López, Patxi para el vulgo, no ignora que no es el hombre que precisa el PSOE. No es tan osado. Lo que el señor López busca es otra carambola del destino político para sacar tajada de lío que hay en el PSOE. Quizá no tenga magnitud para gobernar un partido centenario, pero si tiene la picardía de llevarse a Susana al huerto.

Lo que no entiendo yo, ni casi nadie, es que Javier Fernández, presidente de Asturias y actual mandamás de la gestora socialista, no se postule para gobernar el PSOE en el futuro. Quizá la prudencia y la inteligencia que ha demostrado durante este tiempo se lo aconsejen. Quizá la pasión y la ambición de la reina del sur se lo impidan. El PSOE sigue enfrascado en la pelea de los nombres, algún día deberá meterse en el debate de las ideas.

Mostrar comentarios