Podemos e IU demuestran su cara más (in) humana y su (no) respeto a la presunción de inocencia

Podemos se queda fuera del Congreso en el minuto de silencio por Barberá
Podemos se queda fuera del Congreso en el minuto de silencio por Barberá
J.L.García Guerrero
J.L.García Guerrero

Ni humanidad ni tolerancia ni respeto a las ideas del resto. Esa es su idea de la democracia, en la que no creen. Podemos e IU se han quedado solos al no estar en el hemiciclo durante el minuto de silencio en respeto por la muerte de Rita Barberá esta mañana en un hotel de Madrid.

También es amoral dignificar ahora la figura de una Barberá más que señalada y a la que los miembros de su partido dieron la espalda. Obsceno.

Todos los grupos que sí demostraron el mínimo tacto y humanidad guardaron ese minuto de silencio, que como bien han señalado posteriormente, no significa ni un aplauso a la gestión política ni un blanqueo a formas de actuar presuntamente alejadas de la limpieza democrática.

Es lo que tiene el odio, es lo que tiene considerar al adversario político como un enemigo. Ya lo dijo Felipe González, tan jóvenes y con tanto odio dentro. Este tipo de actos demuestran muy mucho la verdadera cara de esta muchachada que dice que quiere defender al pueblo. Líbrenos la democracia y el sentido común de tener que sufrir a estos iluminados sin empatía en el poder. Lo pagaríamos caro.

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, aseguró hoy, tras conocerse el fallecimiento, que “respeta a las personas, aunque no a las ideas”. Y se quedó tan ancho. El no respeto a las ideas es un aldabonazo mortal contra la democracia. Pero para ellos la democracia es su corralito y la decencia moral un corralito en el que solo caben los suyos. 

No es de extrañar que estos nuevos salvapatrias no respeten en modo alguno la transición, la reconciliación e intenten falsear la historia, ayudados, todo hay que decirlo por aquellos que también han convertido a los medios en trincheras contra el otro. Su forma de ver la política y visto lo visto, la vida misma es la de los garrotazos de Goya. Ahí están en su salsa. Acabar con el adversario. De cualquier forma, aunque sea después de muerto.

La presunción de inocencia no existe para ellos. Lo deja claro Pablo Iglesias al decir en un tuit que "lamentamos la muerte de Barberá pero no podemos participar en un homenaje político a alguien cuya trayectoria está marcada por la corrupción". Solo la ideología y, claro, la ley del embudo vale para estos defensores del pueblo. La corrupción en sus filas es vista como un ataque de los poderes fácticos.

Bescansa cree que no hay que utiilizar las instituciones democráticas para honrar a Barberá. Poco hay que decir.

Carrillo fue capaz de defender que "en la transición  no debía haber ningún espíritu de revancha, ni ninguna política de revancha". Para esta muchachada, Carrillo sería un traidor.

Esta muchachada desprecia aquello por lo que nunca luchó. Las libertades (solo son para ellos y los suyos, porque las ideas de los demás como dice Garzón no valen), la separación de poderes en la que no creen, la independencia de los medios, que apuestan por ahogar... su alimento es el enfrentamiento.  

Esta muchachada es la misma que mira para otro lado y se pone de perfil ante las víctimas del terrorismo, ante esos que (ellos sí) dieron su vida para defender los derechos de los demás en un territorio hostil. De la podredumbre moral no salió nunca nada bueno. Como ese Cañamero que compara la muerte de una persona con los bombardeos en Siria (qué tendrá que ver) y que ya ha demostrado su catadura moral defendiendo a un condenado por agresión como Bódalo. Los suyos, claro, sí puede pegar a los otros. 

Pues sí, estos son los que quieren salvar la democracia de este país. Estos son a los que más de cinco millones de españoles apoyan. Esta es la catadura moral de una democracia y de una sociedad que pierde los valores a chorros. Grandes adversarios de Rita Barberá guardaron el minuto de silencio. Fueron humanos. Antes que políticos, ante que adversarios. Habrá que pensar si desde el odio, la ruindad y la falta de moral se puede liderar un país. Para algunos la muerte también da votos. Y foco. Y minutos de televisión. La gente, que vote en conciencia, si es que ya no la hemos perdido entre todos.

 

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