El Gobierno se moviliza con la economía y con Cataluña para tapar la Gürtel

  • Rajoy acudió el miércoles a prestar declaración como testigo en la Audiencia Nacional por el caso Gürtel. El resto de la semana ha estado marcada por los buenos datos económicos.

    Además, el Presidente ha anunciado que recurrirá ante el Constitucional aprobada por el Parlament y que permite aprobar las leyes de desconexión por la vía rápida.

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Mariano Rajoy anuncia un recurso ante el Constitucional contra la reforma de desconexión catalana.
Mariano Rajoy anuncia un recurso ante el Constitucional contra la reforma de desconexión catalana.
EFE

10:00 de la mañana. Sede de San Fernando en la Audiencia Nacional. Por primera vez, un presidente en activo acude a una sede judicial a prestar declaración como testigo por un caso de corrupción. Aunque el juez y el fiscal tratan de no hacer sangre, la imagen de Mariano Rajoy en el banquillo podría ser fatal para el PP. Y lo sabían.

Apenas unas horas después, Génova comienza a movilizarse. Saben que el punto fuerte, con el que pueden sacar pecho, es la economía. Comienza la movilización de los ministros. El primero que tuvo oportunidad de echar un capote al presidente fue el de Economía, Luis de Guindos. A bombo y plantillo durante la Comisión de Economía, anunció que España podría salir del procedimiento de déficit excesivo de Bruselas en el que lleva inmerso desde 2009 si se alcanza el objetivo de crecimiento del PIB del 3% y el déficit público cierra el año en esa misma cifra.

No hizo falta esperar mucho para que los datos que adelantó el De Guindos se vieran confirmados por las cifras oficiales. Según el dato avanzado del PIB en el segundo trimestre de 2017, publicadaopenas 24 horas después por el Instituto Nacional de Estadística, la economía española creció un 0,9% entre marzo y junio y acumula un crecimiento del 3,1% en los últimos doce meses.

Sin embargo, el verdadero as en la manga de los populares llegó con los datos de la EPA. El paro registró una caída récord de 340.700 personas en el segundo trimestre y permitió traspasar la barrera de los cuatro millones de parados de la que no se bajada desde hace casi una década.

El Gobierno no iba a desaprovechar esa oportunidad. En un alarde de triunfalismo el PP publicó un vídeo en Twitter en el que comparaban los datos del paro con la llegada del hombre a la Luna y se equiparaban con Pablo Picasso. En esta lucha, el Gobierno encontró en las firmas de inversión el aliado perfecto. El mismo viernes, Citi publicaba un informe avalando los buenos resultados del PP y elevando la previsión de crecimiento al 3,2%, por encima incluso de lo pronosticado por Moncloa.El problema catalán, el golpe perfecto

El último escalón que debía sortear Rajoy antes de retirarse de vacaciones y olvidar la semana de pasión del PP, era el tradicional balance tras el último Consejo de Ministros. De nuevo, la economía fue la protagonista.

"El sector exterior está sorprendiendo con su dinamismo, las exportaciones crecieron un 15%, la prima de riesgo está por debajo de los 100 puntos, el sector industrial ha crecido el 8% en mayo, la compraventa de vivienda ha aumentado un 23%, el sector servicios crece un 8% y han entrado 28 millones de turistas hasta mayo". Datos y datos positivos y ninguna mención a su paso por el polígono de San Fernando.

Pero bien sabía Rajoy que, aunque la economía era quien iba a salvarle de escándalo excesivo, no era suficiente. Y Cataluña le puso en bandeja el golpe de efecto político perfecto. Casi a la par de la declaración de Rajoy, el Parlament comenzaba el debate y aprobación de la modificación del reglamento de la cámara que les permitía aprobar las leyes de desconexión por la vía rápida.

El líder del PP supo aprovechar la oportunidad y tiró de firmeza. El anuncio era claro: presentará un recurso de inconstitucionalidad contra la reforma del reglamento. "El Gobierno está defendiendo a las instituciones catalanas, a sus funcionarios y a la sociedad, que necesitan que les protejan de un proyecto radical que se intenta imponer a las bravas. No habrá un referéndum porque esa pretensión va en contra de la propia arquitectura constitucional catalana. Nadie puede pretender que negocie la ruptura de una Constitución que no es patrimonio mio, sino del conjunto de todos los españoles", fue su mensaje.

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