La EPA es una ráfaga de optimismo: España, camino del 3,5% anual del PIB

La EPA deja el paro en España por debajo de los cuatro millones. La Ministra de Trabajo ya adelantó que sería buena. La creación de puestos de trabajo en el primer semestre de 2017 superará el medio millón, mucho más de lo que programó el Gobierno en el cuadro macroeconómico para este año. Sus proyecciones se van superando trimestre a trimestre. La última corrección, la del FMI, ha aumentado en varias décimas sus previsiones de crecimiento del PIB, calculando el 3,1% para 2017, colocando a España a la cabeza del crecimiento económico en los países desarrollados.

Ha sido un espléndido primer semestre económico. Las causas son internas y externas. Entre las primeras la fortaleza del consumo, la reaparición de la construcción como sector de creación de trabajo, las expectativas de nuevas inversiones públicas en infraestructuras y la consolidación de las cuentas públicas. Entre las segundas el mantenimiento bajo de los precios de la energía, el euro con un tipo de cambio razonable, con aumento de la exportación y unas expectativas de turismo impresionantes. Estas últimas tan grandes que, incluso, en determinadas zonas (Barcelona) han creado problemas de sobresaturación.

La Ministra afirma que los ingresos de la Seguridad Social aumentan a más velocidad de la prevista. Eso es bueno porque reequilibra las cuentas, por ejemplo, de las pensiones, uno de los grandes desafíos sociales que tiene España. Una ráfaga de optimismo en uno de los nubarrones del futuro del país. Eso se de a la creación de trabajo. Si además se reduce el desempleo, lo que disminuye las prestaciones por paro, las cuentas generales de la S.S. mejoran.

En pura teoría esta situación influirá en dos de los objetivos que requiere nuestro mercado laboral: a) la disminución de la temporalidad (precariedad según los sindicatos); b) aumento de los salarios. Ambos se darían por el mero mecanismo de la oferta y la demanda de trabajo. Independientemente de los acuerdos CEOE-SINDICATOS o las declaraciones utópicas de ciertas  fuerzas políticas. A más demanda menos temporalidad y más salarios. Aunque el Turismo y su estacionalidad, el 13% del PIB, así como la construcción, llevan consigo la temporalidad, ésta se moderará un poco por el crecimiento de otros sectores.

En resumen, la EPA es una ráfaga de optimismo. Optimismo que ya se produjo en los datos del paro registrado de los últimos meses. Lo más importante es que indicará que la estructura de la economía española ha cambiado y, corrigiendo al FMI, no sería nada raro que España se acercase al 3,5% del PIB.