ETA vuelve a anunciar un alto el fuego tras cincuenta y dos años de sangre

  • La declaración de un "alto el fuego permanente, general y verificable" por parte de ETA podría ser el primer paso hacia el fin de la banda terrorista. Hasta ahora todos los intentos, treguas y anuncios han fracasado.
Declaración de "alto el fuego permanente" de ETA
Declaración de "alto el fuego permanente" de ETA
GARA
Borja Ventura
Borja Ventura

Lee aquí el comunicado íntegro publicado en Gara

ETA podría estar firmando su punto y final en una historia regada con sangre y empujada a golpes de gatillo. Desde aquel 31 de julio de 1959, cuando el grupo terrorista más sanguinario de nuestro país vio la luz, 829 personas han perdido la vida. Junto a ellos, un reguero de heridos, amenazados y familiares que lloran a los ausentes. Los terroristas no han hecho distinción alguna de edades, sexos ni condiciones sociales: han asesinado por igual a militares, civiles, jóvenes, ancianos o niños.

Por no distinguir, no han distinguido ni a sus propios miembros. Conocidos son los asesinatos de los etarras Mikel Solaún (delante de su esposa e hijas, en 1984), o María Dolores González Katarain 'Yoyes' (delante de su hijo, en 1986). Hay otros antiguos dirigentes etarras de los que no se volvió a saber nunca nada y sobre los que se sospecha que fueron los propios miembros de ETA quienes les asesinaron: es el caso de Eduardo Moreno Bergaretxe 'Pertur'. Otros después que ellos salieron de la banda o fueron expulsados por sus posturas críticas: Patxi Zabaleta, Julen Madariaga, Juan Manuel Soares Gamboa, Txema Montero, José Luis Álvarez Santacristina, Kepa Pikabea, Francisco Mújika Garmendia, Ignacio Arakama Mendia, Iñaki Bilbao Beaskoetxea, Carlos Almorza Arrieta, Kepa Solana Arrondo, Koldo Aparicio Benito…

Tras tantos años de asesinatos indiscriminados y escisiones internas, las Fuerzas de Seguridad celebran que el aniversario de ETA llegue en el momento de más debilidad de la banda. En los últimos años, los terroristas han sido descabezados en varias ocasiones, han visto caer el aparato de información y el de falsificación y también han visto cómo se han adelgazado sus filas a golpe de detención. En el campo político, a pesar de que Iniciativa Internacionalista consiguió presentarse a las elecciones europeas, no logró representación, lo que supuso un importante golpe para los intereses de los abertzale. También el Supremo ordenó disolver las corporaciones municipales regidas por ANV, la penúltima marca electoral 'legal' de los proetarras, que fue ilegalizada en septiembre de 2008.

El origen del terror

Euskadi Ta Askatasuna (Tierra Vasca y Libertad) nació justo en la época en la que la posguerra enseñaba su cara más cruel a la sociedad, cuando la dictadura franquista empezó a cosechar el reconocimiento de las potencias extranjeras, apremiadas por la necesidad de fijar sus posiciones en un mapa del mundo que comenzaba a dividirse en dos bloques.

Se sabe cuál fue la la primera reunión de la cúpula de ETA, entonces formada por siete personas, pero no existe una visión única sobre quién fue su primera víctima mortal. Los libros de historia recogen el nombre del guardia civil José Ángel Pardines Arcay, el 7 de junio de 1968, pero la banda terrorista siempre puso más énfasis en destacar la muerte dos meses después de Melitón Manzanas, oficial de policía del régimen y colaborador de la Gestapo durante la Segunda Guerra Mundial. No obstante, Ernest Lluch escribió que existían indicios de que la primera víctima de los asesinos fue realmente una niña de apenas dos años, Begoña Urroz, que murió en 1960 abrasada por una bomba. Dos meses y dos días después de publicarse el artículo donde exponía esta posibilidad, los etarras le descerrajaron dos tiros en la cabeza.

Divisiones y asesinatos

La división más conocida en la banda terrorista ETA fue la que separó a la banda terrorista y a los autodeterminados ETA político-militar, cuya cabeza visible era 'Pertur'. Esta escisión, concretada en 1974 tras el primer atentado indiscriminado contra civiles, hizo que la banda se rompiera y que el denominado "frente obrero" condenara el uso indiscriminado de la violencia y apostara por complementarla con la política. Tras la intentona golpista del 23 de febrero de 1981, esta escisión decidió decretar un alto el fuego sin condiciones del que jamás regresaron.

El final de los '70 y toda la década de los '80 marcaron unos años en que diversas organizaciones terroristas combatieron contra ETA con sus propias armas. Primero fueron grupos armados de extrema derecha como la Alianza Apostólica Anticomunista (AAA -Triple A), los Grupos Armados Españoles (GAE), los Guerrilleros de Cristo Rey o el Batallón Vasco Español (BVE); después, los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), un conjunto de mercenarios pagados por las Fuerzas de Seguridad españolas en lo que supuso el mayor escándalo político de nuestra democracia, con el encarcelamiento del que fuera ministro del Interior socialista en aquel momento y de varios altos mandos.

Pero lejos de debilitar a ETA, la lucha violenta contra los terroristas les fortaleció: entre 1978 y 1980 ETA asesinó a 234 personas y durante la década de los '80 mataron a más de 300 personas. Lo que no consiguió la lucha armada contra los etarras lo consiguió años más tarde el secuestro y posterior asesinato del joven edil popular Miguel Ángel Blanco, cuya muerte no sólo provocó que los ciudadanos salieran a las calles a perseguir a los militantes abertzales, sino también que históricos dirigentes renegaran de la línea de la banda. Es el caso de Patxi Zabaleta, que años después abandonaría la estructura radical para fundar Aralar, un partido que defiende las mismas ideas que la banda pero condenando el uso de las armas.Más adelante llegaron los intentos de tregua, uno por cada Gobierno. Lo intentó González, lo intentó Aznar y lo intentó Zapatero. En los tres casos las conversaciones fracasaron, siendo la más reciente la tregua de 2006, que acabó con la voladura de la T4 y el asesinato de dos ciudadanos ecuatorianos. Otro hito que ha marcado los últimos años ha sido la entrada en vigor de la Ley de Partidos, mediante la cual se ilegalizó a las formaciones que ETA intentó colar en cada una de las elecciones democráticas. Precisamente el ahogamiento institucional y los golpes policiales parecen la causa más probable que ha empujado a los terroristas a declarar este alto el fuego "permanente, general y verificable".

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