Tres historias de miedo para pasar una terrorífica noche de Halloween

  • Annie, Carmen y Morgana son las tres protagonistas de estas historias de terror que te harán pasar una inquietante noche de Halloween.

    No invites a extraños y si oyes algo lo mejor que puedes hacer es huir lo más rápido posible para que no te pase nada...

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Laura Martínez

En la noche de Halloween las historias de miedo son las protagonistas. Poner voz de misterio, meterse en el papel, jugar con la luz ayudan sin duda a rodear de magia historias típicas de los Boyscoutt. Te proponemos tres para la noche más terrorífica del año. Si quieres más lee las cinco que recopilamos el año pasado (El fantasma de Verónica, Las marcas de la silla de ruedas, Nunca sabes lo que hay debajo de la cama, Los tres ladridos, Vanessa y Verónica).La bolsa roja

Unos niños que estaban en un campamento de verano tenía que cumplir una misión que les había encomendado el monitor. Tenían que encontrar una bolsa roja. El grupo que la encontrara recibiría un premio dentro del campamento.

Una noche, uno de los grupos salió de sus habitaciones dispuestos a encontrarla por el campamento. Lo primero que se les ocurrió fue preguntarle al guarda nocturno. Este hombre les dijo que la bolsa pertenecía a Morgana un niña que era sonámbula. Una noche esta niña salio de su habitación y se ahogó cuando se cayó a la piscina del campamento. Morgana no sabía nadar.

El guarda les dijo que la abuela de Morgana vivía en una casa que esta al otro lado de la campa, por ello, les dijo que fueran a preguntarle a ella a ver si sabía algo. Al llegar allí, una vecina les avisó de que la abuela de Morgana había fallecido recientemente. Uno de los niños les propuso a los demás hacer una Ouija para preguntarle a su espíritu por la bolsa roja.

“Abuelita, abuelita… ayudanos a encontrar a tu nietecita”, dijo con voz suave uno de los niños.  De repente una voz fuerte les dijo que fueran a la sala de juegos. Allí era donde Morgana y su hermana jugaban sin parar.

Cuando los niños entraron vieron todas las muñecas de las niñas y una figura…. Era el espíritu de la  hermana de Morgana que vagaba por la sala con una muñeca sin cabeza que colgaba de su manos. La hermana no paraba de decir una y otra vez: “Morgana y yo queremos jugar quien serla el valiente que nos busque en el portal porque allí Morgana te puede esperar”.

Todos los niños retrocedieron hasta le pasillo y salieron corriendo, llegaron hasta la salida y sin darse cuenta estaban en la parte trasera del edificio. Allí una espesa niebla lo cubría todo, los niños no podrían ver nada. Solo se escuchaba el chirriar de un viejo columpio que se movía al son del viento.

De repente uno de ellos notó una presencia extraña, pero detrás solo había un viejo árbol con unas ramas muy esqueléticas. Sin embargo, algo les llamó la atención. En su tronco había un gran agujero. Uno de los niños se acercó temblando pero sacó su valentía para meter la mano en ese hueco húmedo y oscuro pensando que habría algo.

Rápidamente sacó la mano, había cogido algo. ¡Era la bolsa roja! Al abrirla vieron que estaba llena de medicinas. ¡La habían encontrado! Pero en lugar de celebrarlo se hizo el silencio.  Al fondo del patio apareció una figura que se acercaba hacia ellos.  Tenía una gran melena oscura y llevaba un camisón blanco. En ese momento se dieron cuenta de que era Mortana.

“Bienvenidos habéis llegado al lugar donde desaparecí. Llevo buscando mis medicinas muchos años. Un día las llevaba conmigo cuando salí a jugar con mis amigas pero no recordaba donde las había dejado”. En ese momento empezó a llover y los niños salieron corriendo de vuelta para el campamento.

A medio camino, uno de los niños se dio cuenta de que ninguno había cogido la bolsa. Se dio la vuelta y desde entonces sigue buscando la bolsa una y otra noche. Todas las noches se levanta a la misma hora para buscar la bolsa roja.La casa embrujada

Carmen tenía 16 años cuando su tía le invitó a pasar unos días a su casa en un pueblecito de Castilla y León. Bueno pues en la noche de su primer día en la casa se quedó sola porque sus primas se fueron a dar una vuelta por ahí con sus novios y sus tíos se fueron de marcha con lo cual Carmen se quedó solo con el perro de su tía.

Mientras Carmen cenaba oyó como la puerta de la buhardilla se abría y se cerraba de un portazo y seguidamente bajaba por las escaleras alguien. Se oían como si fuesen tacones. Entonces el perro levantó las orejas y empezó a ladrar. Carmen asustada cogió las llaves (porque se encerró con llave en la casa) y abrió la puerta y salió a la calle. De repente pasó su prima delante de la casa y le preguntó a Carmen que hacía en la calle. Como la prima no creía en esas cosas y le daba vergüenza contar lo que había pasado, le mintió y le dijo que estaba tomando el aire...

Su prima prima, cansada tras haber estado por ahí decidió entrar en casa. Carmen se quedó paralizada y no le impidió que entrara.  A los pocos segundos se escuchó un grito y Carmen corrió para entrar en la casa. No había nada. Su prima había desaparecido.

Rápidamente fue a buscar al resto de sus familiares y salieron en busca de la joven. No encontraron nada. Desde ese día Carmen no puede dormir, todas las noches se despierta llorando al escuchar “por qué no me avisaste… algún día te la devolveré”.La Chica de la radio

Annie era una chica de 19 años, que trabaja como presentadora en un programa de radio. En los descansos entre el programa, ella y sus compañeras solían ir a una cafetería cercana. Allí preparaban unos bollitos exquisitos, pero la dueña era una vieja amargada y muy arisca.

Un día que fueron allí en un descanso a tomar algo. Y como de costumbre pidieron un café y unos de los famosos bollitos. La vieja se los sirvió. Pero esta vez fue tan grosera, que la chica se enfadó y derramó el café. La vieja se puso histérica, y empezó a insultar a la chica. A la que está le contestó de la misma forma: “estoy harta de ti vieja insolente, ojalá se te quemara todo el negocio y te murieras para siempre.” Y se marchó. Durante el programa, su jefe les avisó que tenía una noticia de última hora. Esta era: “Les avisamos con una noticia de última hora de que la cafetería que ahí al lado de nuestra emisora ha salido ardiendo y han muerto quemadas todas las personas que había en ella.”

La chica salió al baño incrédula de lo que había escuchado. El pasillo estaba desierto, y de pronto empezó a oír unos ruidos. El temor recorrió su cuerpo, y fue aligerando el paso. Hasta que unas sombras la rodearon. Entre ellas estaba la vieja, con todo el cuerpo quemado, y todos los clientes con los cuerpos calcinados. La vieja le dijo: “¡Ahora querrás no haber deseado nada!”…

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