Vas a envolver un regalo y te das cuenta de que no tienes celo. Hay que apretarse el cinturón, así que el más barato es probable que lo encuentres en el 'chino' del barrio. También puede ocurrir que un domingo te acuerdes de comprar el pan a las siete de la tarde. Una vez más, el 'chino' está ahí para salvarte el pellejo.
La crisis está cerrando cientos de establecimientos, pero el tema no va con los empresarios asiáticos. Sus restaurantes y bazares no cierran, y en provincias como Castellón mantienen intactos los casi 800 negocios, como informa elperiodicomediterraneo.com.
Dos son las claves que explican el éxito de estos negocios. "Sus comercios siempre están abiertos. Además, venden un producto muy barato", explica Antonio Adell, presidente de una asociación de comerciantes castellonense.
Aunque nunca llueve a gusto de todos. "Ahora vendemos algo menos", explica Jian al medio local desde su bazar. Eso sí, "seguimos trabajando muchísimas horas al día, más de doce". Es fácil encontrar la tienda de Jian abierta.
Pero no solo se trata de que mantengan su presencia. Los locales regentados por asiáticos siguen proliferando en las ciudades españolas, como confirma la Asociación de Comercios Chinos de la Comunidad Valenciana. Es más, sin pisar un banco para pedir créditos, consiguen los mejores locales.
"Se dejan dinero entre ellos", explica un comerciante de Castellón. Así no dependen de las entidades financieras y consiguen cantidades de dinero que de manera individual no podrían ahorrar.
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