Pedro Sánchez ha convertido en estribillo una frase de su discurso de investidura: "Podemos hacerlo la próxima semana". Un estribillo con forma de aguijón para aquellos que sabe imprescindibles en un acuerdo estable de gobiernos, la formación que dirige Pablo Iglesias.
Mientras desgranaba medidas para el rescate social, para la mejora del Estado del Bienestar o la ampliación de derechos sociales o la reducción del déficit, lanzaba una mirada ora esquiva ora directa que coronaba con el consabido "todo esto podemos llevarlo a cabo la próxima semana" y variaciones similares.
Y sí, es posible, pero no probable. El discurso del aspirante a la Presidencia del Gobierno ha orbitado sobre la palabra 'cambio'. Ha reconocido que a él y a sus votantes les gustaría hablar de 'políticas de izquierda'. Pero no quería enfrentarse a una realidad tozuda, y así de claro se lo ha espetado a Pablo Iglesias: "La izquierda no suma, me gustaría que así fuera, y estoy seguro de que también le gustaría a los votantes de podemos, pero la realidad es que no suma".
De ahí haya presentado a Ciudadanos como la mejor opción (más bien la única) entre las dos fuerzas de derecha. Sí, ese partido a quien durante la campaña electoral el mismo Sánchez no se cansó de calificar como una muleta del Partido Popular. El mismo partido que aseguró jamás apoyaría un gobierno presidido por Pedro Sánchez.Rajoy, al baúl de los recuerdos
Pero es la hora del "realismo", palabra que para Sánchez no se contrapone a "idealismo" o "ilusión". Para Sánchez, "la única victoria política posible" que se puede alcanzar en estos momentos es aquella que pasa por el acuerdo.
Un acuerdo con un objetivo común: echar a Rajoy de la Moncloa y colocar sus reformas en el baúl de los recuerdos. "Abandonemos las políticas del señor Rajoy y del Partido Popular: ese es el mandato del 20 de diciembre. El vehículo es el acuerdo y el combustible que lo impulsa es el diálogo".
Fueron palabras muy protestadas por una bancada popular, la cual pivotó durante todo el discurso entre el pataleo, la risa sarcástica y el cabeceo, sobre todo esto último. La intervención de Sánchez se alargó por más de hora y media, uno de los más largos de las sesiones de investidura.Guiños a la izquierda
Sánchez no paró de hacer guiños a la izquierda, con temas muy sensibles para los votantes de Podemos, como la memoria histórica, la transexualidad, la protección a los animales, el rescate ciudadano y las coberturas sociales a las personas en situación de extrema necesidad o de pobreza sobrevenida. Y, tras cada una de las propuestas, restallaba sobre los escaños del grupo parlamentario de Podemos el látigo de su mensaje medular: "Y esto, podría ser posible comenzar a hacerlo la próxima semana".
También agradeció a Ciudadanos -no podía hacerlo de otro modo- haber firmado el llamado "acuerdo del cambio". Pero lo ha hecho en un momento puntual para resaltar que gracias a ellos, la izquierda podría sumar los escaños que le faltan para gobernar.
Porque gracias al acuerdo, Pedro Sánchez ve posible derogar de facto la reforma laboral, y sus efectos para él nocivos como "la supremacía absoluta del convenio de empresa, la supresión de la ultraactividad de los convenios colectivos, la capacidad del empresario para abordar alteraciones sustanciales del contrato laboral de manera unilateral y la permisiva regulación del contrato temporal".
Ha prometido la puesta en marcha inmediata de un plan de Emergencia Social, con el reconocimiento de "un Ingreso Mínimo Vital para atender la situación de necesidad de 750.000 hogares que carecen de todo ingreso económico". Junto a esta medida, tantas veces reclamada por los líderes de Podemos, ha propuesto el incremento de la prestación por hijo a cargo y la extensión de su duración con objeto de combatir de forma eficaz la pobreza infantil.
No han faltado otras medidas de protección social tantas veces reclamadas desde los sectores más contestatarios de la izquierda, como la reforma de la ley hipotecaria, para eliminar las cláusulas abusivas, el reconocimiento de las personas en situación de insolvencia sobrevenida o el acceso a viviendas de protección social.No caer en el 'y tú más' con la corrupción
El líder socialista es muy consciente que su flanco más débil ante 'Podemos' está revestido de corrupción. Para protegerse, ha tratado de presentarse como miembro de "una nueva generación de políticos" que consideran que "la corrupción ha alcanzado un nivel insoportable", porque los escándalos "se han convertido en algo cotidiano".
Pero ha tratado de difuminar las responsabilidades de las prácticas corruptas que afectan a PP y PSOE tras un "cometemos el error de pensar que este problema es solo del adversario".
De ahí que se haya comprometido a no caer en el "y tú más" y prometa "castigar con contundencia la corrupción con medidas que espera tengan un amplio apoyo de la cámara".
También se ha comprometido a "impulsar una auténtica revolución" en el nombramiento de cargos de designación parlamentaria, esto es: Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial, el Consejo de Seguridad Nuclear o la Comisión Nacional del Mercado de Valores o la presidencia y el Consejo de Radio Televisión Española.Pablo, hora de retratarse
Pedro Sánchez lo ha intentado. Para él, era una cuestión de "orgullo" y de "responsabilidad" asumir el mandato encomendada por el Rey, del que Rajoy rehuyó (algo que ha querido remarcar varias veces en el discurso). Pero, además, era la oportunidad de retratar la posición política de cada grupo parlamentario. Con este mensaje ha concluido su intervención, que ha resumido en una pregunta a la que "tendremos que responder sencillamente SÍ o NO. En ese momento sabremos dónde está cada uno".
Podría haberlo dicho de otro modo más claro: "¿Te has enterado, Pablo?"
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