¡Cuidado! Llega un tobogán térmico y son los culpables de la mayoría de los catarros

  • Bilbao pasará de 30ºC a 20ºC en 24 h. Estos cambios bruscos son los culpables de la mayor parte de los catarros. Los virus aprovechan que estamos más bajos de defensas.

    Los niños y los más mayores son a los que más puede afectar. El hipotálamo es el encargado de defenderse de las bajadas de temperaturas.

Catarro
Catarro

El tiempo otoñal ha llegado a medias, pero ha llegado. Este fin de semana los termómetros se volverán locos, y a partir del lunes la cosa parece no cambiar. A la calle tendremos que salir un poquito abrigados y según vaya pasando el día nos iremos quitando prendas cual cebollas.

Un ejemplo del tobogán térmico al que se enfrentará el cuerpo se ve claramente en Bilbao. Este sábado estarán a 30 grados y el domingo se enfrentan a una bajada brusca de más de diez grados. Además hay que sumar las tormentas que azotarán la Península en el área del Mediterráneo.

Los cambios bruscos de temperatura son los culpables de la mayor parte de los catarros. Los virus aprovechan que el sistema inmunológico está bajo en defensas para atacar y la garganta puede ser la que más sufra.

Lo cierto es que a las vías respiratorias les cuesta más adaptarse a los cambios de temperaturas, y cuando estos son bruscos sufren más. Así, los virus actúan provocando los catarros, cuyas primeras apariciones se producen en otoño y se alargan durante todo el invierno.

El Dr. Juan Carlos Montalva, coordinador del Grupo de Trabajo de Urgencias de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria comenta que los niños son quienes más pueden notar esta bajada de temperatura. Regulan peor la temperatura corporal y pueden resfriarse con más facilidad. Los mayores son el otro grupo de edad que más puede notar este cambio, "sobre todo si tienen problemas de bronquios o respiratorios previos". Aún así, este descenso no significa, en la mayoría de los casos, que se vayan a registrar temperaturas extremas, más bien las normales para esta época.

Por eso, ojo, no hay que sacar ya la ropa de invierno, pero sí, vestirse acorde a esos grados. "Es la única manera de evitar catarros, la dolencia más común asociada a las variaciones bruscas de temperatura". "Salir con ropa demasiado ligera y encontrarnos con 25º puede provocarnos y resfriado." comenta el Doctor Juan Carlos Montalva.

Uno de los mejores aliados contra los catarros otoñales es la vitamina C. Además de en las frutas cítricas también se encuentra en hortalizas como el pimiento rojo y verde, en la coliflor, las espinacas o las coles. Aunque evidentemente no son una medicina, su consumo ayuda a combatirlos.Así se defiende el cuerpo de los cambios de temperatura

¿Cómo se entera nuestro cuerpo de que se debe defender del cambio de las temperaturas? El investigador Antonio López Farré asegura que la temperatura óptima para el funcionamiento de los procesos fisiológicos de nuestro cuerpo se sitúa alrededor de los 36,5 ºC, que es la temperatura normal de nuestro cuerpo. 

El cuerpo tiene mecanismos para regular y modular nuestro calor corporal y que este se vea lo más mínimamente afectado posible por los cambios de temperatura ambiental. El hipotálamo es el encargado. 

Cuando hace mucho calor el hipotálamo detecta que nuestro cuerpo se calienta e intenta compensarlo mediante dos mecanismos fundamentales, la sudoración y la vasodilatación. Cuando la temperatura externa baja de forma extrema, nuestro cuerpo pierde calor y el organismo produce vasoconstricción periférica con el fin de conservar el calor en los órganos principales.

Nuestro cuerpo también tiene una serie de receptores que responden al calor y al frio. Son los llamados termorreceptores. Los termorreceptores son un grupo de células nerviosas especializadas que sienten el calor y el frío. Los que sienten el calor se llaman corpúsculos de Ruffini y los que sienten el frío corpúsculos de Krause. Los termorreceptores se localizan en diferentes partes de nuestro cuerpo. Por ejemplo tenemos termorreceptores en la piel, las cavidades nasales, en la vejiga y en la lengua. También hay termorreceptores de frío en la córnea, estos son los que provocan la formación de lágrimas con el frío.

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