"Spawn", un héroe a medio camino entre el Cielo y el Infierno

  • Han pasado casi veinte años desde que Todd McFarlane publicara el primer número de "Spawn", un cómic que mostraba la dualidad entre el bien y el mal a través de la figura de Al Simmons, cuyas aventuras se pueden disfrutar ahora en una serie de tomos recopilatorios editados por Planeta DeAgostini.

Madrid, 19 jul.- Han pasado casi veinte años desde que Todd McFarlane publicara el primer número de "Spawn", un cómic que mostraba la dualidad entre el bien y el mal a través de la figura de Al Simmons, cuyas aventuras se pueden disfrutar ahora en una serie de tomos recopilatorios editados por Planeta DeAgostini.

De carácter despiadado, Simmons era un agente del United States Security Group, una agencia encubierta que actúa a nivel mundial. Su director es Jason Wynn, un tipo hambriento de poder que no duda en eliminar a todo aquel que dificulte su ascenso hacia las altas esferas.

En la teoría es un funcionario de alto rango, pero en la práctica Wynn es el hombre más poderoso del mundo. No hay límites para los tentáculos de su organización, que compra senadores, trafica con drogas y armamento, intercambia favores con la mafia y provoca guerras con fines estrictamente comerciales.

El propio Wynn reclutó a Simmons cuando éste no era más que un joven miembro del equipo de seguridad de la Casa Blanca, pero el tiempo le convenció de que había cometido un error: Simmons es ambicioso y amenaza la privilegiada posición de su jefe, que no está dispuesto a permitir que eso ocurra.

Una misión en Botswana se convierte en el lugar ideal para sacarse tan molesta espina y Simmons muere asesinado por su compañero Bruce Stinson, alias "Chapel", que no se contenta con acribillar a balazos a su víctima, sino que también quema los restos del cadáver.

En el momento de su muerte, Simmons tiene un encuentro con Malebolgia, señor del octavo nivel del Infierno, que le ofrece la posibilidad de volver al mundo de los vivos a cambio de que se convierta en un Hellspawn, demonio guerrero que sirve a las fuerzas del Averno.

Desesperado por reencontrarse con su esposa Wanda, Simmons acepta la propuesta de Malebolgia, pero sus sueños pronto quedan destrozados: regresa a la Tierra, sí, pero transformado en un monstruo de dos metros que viste un traje con remaches de metal, cadenas y una capa de color carmesí que tiene vida propia.

Por si fuera poco, el ex agente descubre que han pasado cinco años desde su fallecimiento, que Wanda se ha casado de nuevo y ha tenido una hija, que el marido de Wanda y padre de la pequeña no es otro que su antiguo mejor amigo, Terry Fitzgerald... La hecatombe emocional es absoluta en la mente de Simmons, que desde ese momento solo tendrá un objetivo: vengarse de sus ejecutores.

Y es aquí donde empieza la verdadera historia de Spawn, un camino plagado de trampas mortales, intereses cruzados y personajes sobrenaturales, una partida de ajedrez en la que miden sus fuerzas el Cielo y el Infierno, un juego de espejos superpuestos en el que nada es lo que parece.

La carga psicológica es tan profunda que ni el más osado lector podría imaginar dónde se sitúan los orígenes del personaje, creado durante los días de instituto de Todd McFarlane. El autor empezó a trabajar en 1984 para la editorial Marvel, pero en 1992 abandonó la compañía, junto a otros seis historietistas, para fundar Image Comics, donde "Spawn" vería la luz aquel mismo año.

"Me marché por motivos creativos. Tenía ganas de hacer un cómic en el que, si yo quería, el personaje pudiera pasarse las 22 páginas en la playa, luchar contra cinco villanos, volar o aparecer por la noche", señala McFarlane en una nota al inicio de "Spawn Integral. Volumen II".

"Quiero pensar que uno de los motivos del éxito de Spawn es su capacidad de alternar una gran variedad de técnicas narrativas. Intento ofrecer una variada gama de historias, unas más orientadas hacia la fantasía y otras con los pies más en el suelo", afirma el ilustrador en "Spawn Integral. Volumen III". EFE.

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