Se encontraba en el interior de una cueva en el parque natural de las secuoyas, situado en California. Sus descubridores no daban crédito a las características de esta criatura que aún no han sido capaces de clasificar. Se engloba en el grupo de los milpies porque tiene nada más y nada menos que 414.
Y aunque ya se había hallado una especie con 750 pies, esta nueva criatura ha llamado poderosamente la atención a la comunidad científica tal y como publica la revista especializada ZooKeys en un artículo de Jean Krejca, y de los taxonomistas Paul Marek, de la Universidad Tecnológica de Virginia y Bill Shear, del Hampden-Sydney Colleg.
Esta criatura, cuyo origen sigue siendo un misterio, además de 414 pies también posee nada menos que 200 glándulas venenosas que lo convierten en un artrópodo muy peligroso, aunque el auténtico peligro le viene de su habilidad sexual ya que posee, nada más y nada menos que cuatro penes, que, al parecer, han evolucionado a partir de sus pies.
El invertebrado tiene, además, un aparato bucal de extraño aspecto con una función aún desconocida y un cuerpo cubierto de largos pelos sericígenos. Pero no sólo eso, en la boca tiene inusuales formaciones cuya función se desconoce.
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