La ablación genital femenina en bebés causa estragos en 29 países, dice la ONU

El 98% de niñas en Somalia sufren la ablación de su clítoris.
El 98% de niñas en Somalia sufren la ablación de su clítoris.
Diego Caldentey

La mutilación genital femenina (MGF) es una de las más crueles y espantosas formas de violencia sexual. En pleno siglo XXI, cuesta creer que aún se lleve a la práctica en 29 países del mundo, principalmente en África, Asia y Oriente Próximo, pero también en Latinoamérica, según denuncia la ONU.

En ese contexto, en países como Colombia, Ecuador y Panamá, a pesar de que el mencionado organismo internacional está intentando frenar de manera desesperada esta tendencia, el panorama es aún más desolador. Dos de cada cinco bebés emberás chamís, de la población indígena que aún reside en los mencionados estados, padece ablación genital.

El proceso físico de la MGF o circuncisión femenina varía según el país y el artífice del corte, pero la Organización Mundial de la Salud lo ha clasificado en tres tipos principales. Habitualmente, se realiza a niñas de unos siete años. Los mayores de la comunidad deciden si practicar una clitoridectomía, que consiste en la eliminación parcial o total del clítoris, una escisión, en la que los labios menores se eliminan junto con el clítoris, o una infibulación, mediante la cual se estrecha la abertura de la vagina o se cierra reposicionando los labios menores cosiéndola.En condiciones insalubres

Por supuesto, estas 'intervenciones' se llevan a cabo en condiciones insalubres y sin ninguna medida de alivio el dolor de ninguna clase. Los cuidados posteriores suelen consistir en el confinamiento en solitario en una habitación oscura y un cubo de agua salada para limpiar las heridas, porque se trata de aldeas aborígenes sin los servicios básicos de asistencia, y en las condiciones más precarias y arcaicas desde el punto de vista cultural.

Según cifras de Unicef, el 98% de las niñas de Somalia son hoy víctimas de la MGF, incluso aunque la ablación se prohibía en su nueva constitución de 2012. Esta cifra es un 91% en Egipto, un 98% en Mali, un 66% en Liberia, un 76% en Burkina Faso, un 88% en Sudán y un 27% en Kenia y en Nigeria.

En las comunidades emberás chamís de los países latinoamericanos, la mutilación genital se realiza incluso mucho antes. Más exactamente, en el momento del nacimiento de las niñas. Se considera necesaria para que las menores no se vuelvan "sexualmente promiscuas".

Si bien este tipo de violencia sexual atenta contra las personas de sexo femenino, son generalmente las mujeres quienes realizan el "corte" y organizan la celebración del rito a las menores de edad.

Hace nueve años, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), de acuerdo con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el Defensor del Pueblo de Colombia lanzó un proyecto con la intención de eliminar la ablación genital en el país. Pero la 'clitoridectomía' sigue matando a bebés colombianas.

También este flagelo ocurre en países desarrollados y potencias mundiales. Un informe reciente de Equality Now sobre la preponderancia de la MGF en el Reino Unido encontró 137.000 víctimas por todo el país, desde el centro de Londres a las afueras de Gales. Cada mes aparecen 500 casos nuevos de mujeres a las que se ha tenido que atender por heridas relacionadas a la MGF y 65.000 niñas se consideran en riesgo de ser víctimas de la misma.Efectos secundarios

Entre los posibles efectos secundarios de las circunsiciones de clítoris se incluyen la incontinencia crónica, infecciones del útero y los ovarios, cicatrices queloides en la vagina, abscesos vulvares, VIH, parto prolongado y obstruido, daño cerebral neonatal, hemorragias y la muerte.

¿Será fácil de erradicar en un futuro no muy lejano esta aberrante práctica? El Programa de la organización benéfica Equality Now por los derechos humanos internacionales contra la MGF con base en Kenia sostiene en un informe que "la violencia sexual prevalece en muchos contextos y de muchas formas diferentes. No es que se dé simplemente en las comunidades rurales de los países implicados. Los mayores índices de incidencia se han registrado en las comunidades rurales con ciertos factores como la educación y el acceso a la información, la salud y la religión". Los cambios, si llegan, serán lentos y tardíos. De eso, desgraciadamente, podemos estar bien seguros.

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