EUROPA PRESS
El dueño del corral contó a los agentes que investigan el caso que los caballos muertos habían estado enfermos y él le había inyectado a uno de ellos un medicamento sin ningún tipo de prescripción facultativa y que los animales no habían sido reconocidos por un veterinario, según un comunicado de la Guardia Civil de este viernes.
Todos los equinos, entre los que había un caballo, tres burros y cinco ponis además de los dos caballos muertos, carecían de documentación y de microchip de identificación.
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